La coordinación en cabina es una constante ausente en el noventa por ciento de los accidentes. En los dos que ahora vamos a citar hubo una descoordinación y una falta de atención y credibilidad hacia los instrumentos de cabina.

Boeing 747 de Avianca en Madrid

Un Boeing 747 de Avianca procedía a la pista 33 de Barajas cuando se estrelló en unas bajas colinas de Mejorada del Campo. Hubo 121 muertos. Según las invstigaciones, la coordinación en cabina fue nefasta. Los pilotos no hicieron caso del aviso del GPWS (Sistema de aviso de proximidad al suelo), y no comprobando en las cartas de navegación que seguían la ruta correcta. Si uno hubiese leído las cartas y otro el altímetro, no habría pasado nada.

Boeing 727 de Iberia en Bilbao

El vuelo Madrid-Bilbao cubierto por un 727 se estrelló en el Monte Oiz, cuando se encontraba en aproximación al aeropuerto vasco. Resulta sorprendente que un comandante de 727 de Iberia (que se supone de los más experimentados), haya chocado contra una antena de televisión después de caer en el error de gritarle al GPWS "¡Cállate!" en numerosas ocasiones. La coordinación en cabina fue nefasta también.

¿Y cómo llevar a cabo la coordinación en cabina?

Realmente en aviación virtual resulta difícil llevar a cabo la coordinación en cabina, pero sí se puede proceder a la lectura de todos los instrumentos relacionados con un sistema que parece que da errores. Posiblemente una lectura a tiempo evite accidentes o colapsos en el control aéreo de los vuelos virtuales

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