ESTÁNDAR :


(Dr. Benito Madariaga de la Campa, Estudios avicolas.La raza Pedresa,1961)

Cabeza: mediana y bien formada

Cresta: de mediano tamaño, sencilla y de grosor medio .derecha en los animales jóvenes y de color rojo

Ojo: redondo, brillante ,con esclerótica color rojo tomate y retina oscura.

Cara: fina y de color rojo.

Pico: corto encorvado y amarillo.

Barbillas: grandes rojos y iguales ,en el macho largas y en forma de bolsa o pesa

Orejillas: finas,redondeadas ,rugosas y de color que oscila ,del blanco al crema.

Cuello: gracioso y bien formado.

Tarsos: derechos,amarillos y sin presencia de plumas.

Dedos: medianos en tamaño y de color amarillo.

Huevo: mediano de color crema.

INICIO

El camino a seguir


El texto que a continuación presentamos, es un poco más extenso que el que aparecía anteriormente, pero te recomendamos, no, te pedimos, que lo leas hasta el final. Sentimos no haber podido resumirlo más, pero creemos que te resultará interesante y sobre todo útil.

Antes de meternos con la gallina pedresa, empezaremos, por si alguno de los que leéis esto, no tiene del todo claro a que se refieren los técnicos, cuando hablan de gallinas tipo mediterráneo o atlántico, haciendo un pequeño resumen.

Las gallinas, en función de su tamaño, pueden clasificarse en los siguientes tipos:

Enanas o eliptométricas
Ligeras o eumétricas
Semipesada o subhipermétricas
Pesadas o hipermétricas
Alzada (cm)
20
40
60
80
Peso (kg)
0,6-0,7
2-3
4-5
5-6

Y según su origen, se clasifican en:

En nuestra opinión, bastaría con esto para saber por donde ir a la hora de trabajar con nuestra gallina campera, pero por si a alguno no le vale y tiene dudas, vamos a sumergirnos un poco en el pasado.

 

¿Cómo es la pedresa?

Dejando a un lado el hecho poco demostrable, de que hasta el día de hoy, no hemos encontrado a nadie que conociera o tuviera pedresas de hace 15 años para atrás, que recuerde una pedresa de tipo “semipesado”, carniceras las llaman en algunos sitios, nos centraremos en los textos que hoy en día podemos encontrar y en los que la pedresa está presente, para intentar saber que camino seguir.

 

Manuel Llano

Las primeras apariciones de la pedresa en la literatura corrieron a cargo, como ya mencionamos en el apartado Antecedentes, del escritor cántabro Manuel Llano (1898-1938). La mayoría de las veces, las incursiones de la pedresa, en las estampas dibujadas por el escritor de Sopeña, se saldan con una simple mención, como un objeto más que forma parte de un paisaje típico. Pero en alguna ocasión, Llano tuvo a bien ofrecernos una pequeña pincelada de como era. En concreto, hay dos citas muy significativas. En su novela “Dolor de Tierra Verde” escribe:

A veces en el ventano cimero, debajo de un nido de golondrinas, se veían los grandes ojos del viejo dueño de la finca, mirando las frutas, las pedresas menudas, un poco más altas que las palomas. Y las miraba lo mismo que a mozas, lo mismo que a vajilla de fiesta en una mesa grande, en sombra de manzanos, cuando el sol quema las yerbas.”

O en este otro pasaje que aparece en “Retablo Infantil”, donde deja entrever el carácter:

Benjamín le mira sorprendido. Al poco rato sale Raposo con tres colleras de cuero colgadas del brazo. Gorín y Bernardo esperan en la puerta del corral, divirtiéndose contemplando los juegos de las gallinas y de los gallos subiendo y bajando la cuesta negra del estercolero. La pedresa picoteaba más deprisa que las otras. Y cuando levantaba la cabeza, decía Gorín, riéndose mucho, agachado, con las manos en las rodillas, que parecía que la gallina les estaba haciendo burla. Y Bernardo se reía del perro, que unas veces se rascaba la nariz con la pezuña y otras veces tiraba embites a las moscas…“

Sirvan estas citas a modo de primeros trazos, como si fuéramos dibujantes al comienzo de una nueva obra, para pasar ahora a intentar concretar, buceando en textos más técnicos y que esperemos nos lleven, a nosotros y a ti que lees estas líneas, a obtener una idea bastante clara de cómo es nuestra gallina.

 

Salvador Castelló

Para muchos, entre los que nos incluíamos nosotros hasta hace bien poco, exactamente hasta que las pedresas nos condujeron a él, es posible que Salvador Castelló (1863-1950) sea un completo desconocido. Así que para empezar, vamos a saber de quién estamos hablando y para ello, utilizaremos la presentación que de él se hace en uno de sus libros:

Director-fundador de la Real Escuela Oficial y Superior de Avicultura de Arenys de Mar; Miembro honorario vitalicio y primer vicepresidente encargado de la Sección de Europa de la Asociación Mundial de Avicultura Científica; Delegado y representante oficial de España en los congresos y exposiciones mundiales de avicultura de Paris, San Luis de Missouri, La Haya, Ottawa y Londres; Promotor y presidente del celebrado en Barcelona en 1924; Socio de honor o de mérito de diversas asociaciones avícolas y colombófilas de Europa y de América”.

 

En su libro “Mi libro de gallinas” (Edición de 1949), Castelló maneja una clasificación de las distintas razas de gallinas en función del parecido en volumen del cuerpo y formas con el tronco ancestral de la primitiva gallina Bankiva, de la cual, según él, descienden todas las gallinas domésticas. Textualmente escribe:

Por el mayor o menor parecido en volumen y formas, con el tronco ancestral Bankiva, las razas de gallinas pueden dividirse en Homeosomas si a aquel más se parecen, como lo son todas las razas meridionales o mediterráneas; en Heterosomas cuando mucho de aquel se distancian, como las razas gigantes asiáticas y las enanas oceánicas, y en Intermedias como casi todas las razas modernas que por cruzamientos entre las de los dos primeros grupos se han logrado.”

En otro pasaje del mismo capítulo hace la siguiente identificación:

Prestar atención a la diferencia que hace entre las gallinas españolas y las europeas.

 

En la lección 11, titulada “Hibridaciones, cruzamientos y mestizajes”, del mencionado libro, escrito como texto de apoyo del curso de avicultura impartido en la escuela fundada por él, hace aparición la pedresa por primera vez y lo hace de la siguiente forma:

En España y especialmente en el provincia de Santander hay una clase de gallinas de raza poco bien definida y de color agrisado, barrado o franciscano, pero muy confuso. Si a gallinas de éstas, en la Montaña conocidas bajo el nombre de Pedresas, se les daban gallos puros Plymouth de la misma coloración durante cuatro o cinco generaciones, España podría tener una nueva y bonita raza de color gris barrado y con carne y tarsos amarillos, buen volumen y ponedora

Esto es, no sólo resulta importante el hecho de que Castelló las nombre, lo que indica su implantación, hecho este que descarta su inclusión en el grupo de razas modernas (intermedias o semipesados), sino que además ve la necesidad de cruzar nuestra pedresa con la gallina americana para obtener una nueva de buen volumen, por lo que parece lógico pensar que la pedresa no era precisamente grande. Volveremos a este capítulo un poco más adelante.

 

Ahora, avancemos unas cuantas páginas hasta llegar a la lección 27, “Razas de gallinas de producto y su elección”. En este capítulo, identifica las razas españolas establecidas en ese momento, las cuales son Española de cara roja (Castellana Negra, Andaluza, Menorquina), Catalana del Prat leonada, Vallesana blanca (Prat blanca), Villafranquina y Valenciana. Sólo las del Prat y Villafranquina son definidas como de buen volumen (siempre dentro de las razas mediterráneas), siendo la Española cara roja, referente de las gallinas ligeras, descrita como de medio volumen. Después del recorrido por estas razas, añade el siguiente párrafo:

Otros tipos españoles.- Si no como razas bien definidas pueden tenerse como susceptibles de serlo las gallinas de tipo ligero, rubias de Llodio (Álava) que fueron seleccionadas por el marqués de Lloriana bajo el nombre de Llodianas, las llamadas Pedresas de la provincia de Santander, de color barrado o franciscano, y una gallina gallega que suele criarse en la comarca de Mos (Lugo) de buen volumen y de coloración aún no bien fijada.

En esta ocasión está un poco más claro cual era la constitución de la pedresa. Siendo como es un texto orientado hacia la producción avícola, está claro que las principales cualidades productivas de las gallinas, postura y volumen (carne), son mencionadas en cuanto aparecen como puntos a favor de las diferentes razas. En el caso de la pedresa vemos que no es así.

 

Pasamos a la lección 46, “Razas de producto genuinamente españolas y extranjeras de origen español” y concretamente al punto 15 de dicha lección. En el escribe:

Otras gallinas españolas.- además de las razas ya definidas en algunas provincias, hay cierta clases de gallinas que debidamente seleccionadas bien podrían ser elevadas a la categoría de razas, como las incidentalmente citadas en la lección 37.

Nos referimos a las Pedresas o Franciscanas, de color gris barrado, de Santander, a las que por cruzamiento absorbente a base de la Plymouth Rock del mismo color no sólo se les definiría y fijaría, sí que también aumentaría el rendimiento, y también a la Lebrijana azulada.
Tenemos también las Llodianas rubias de Álava, a cuya selección mucho se dedicó don Manuel Urquijo, Marqués de Lloriana, y que por su cruzamiento con la Plymouth leonada podrían dar lugar a la obtención de otra buena raza.

En la provincia de Lugo y comarca de Mos hay unas gallinas de mucho volumen y peso, de formas y colores aun indefinidos, con cuya pollería las campesinas preparan para las Navidades unos soberbios capones y pollardas. Debidamente agrupadas por colores y luego dadas a gallos Orpington de las coloraciones correspondientes a las de aquellas, cabría la obtención de un nuevo tipo sin menguar la utilidad práctica de las Mos por ser la raza mejorante de semejantes cualidades.”

Volvemos a ver como únicamente la gallina de Mos, al igual que sucediera en la lección 11, es resaltada por su volumen. En este capítulo están descritos los estándares de las diferentes razas españolas, dando un peso para la Española cara roja (castellana negra), que como dijimos antes, es la raza referente de las gallinas de tipo ligero, de entre 1.8 y 3 kilos para los machos y entre 1 y 1.8 Kg. para las hembras.

 

En otro de los libros publicados por Castelló, “Las gallinas y sus productos” (edición de 1953), podemos leer:

En valencia abunda una gallina, blanca o negra, de tipo genuinamente mediterráneo que bien seleccionada, podría constituir otra raza, como podrían aún formarse otras tres, con las Pedresas o Franciscanas, de Santander; con las Rubias llodianas, de Álava, y con las Catalanas de color aperdigado y huevo muy rojo, abundantes en el Panadés.

Las demás gallinas que se ven en el país: “Patavinas” (con plumas en las patas), las de “Cinco dedos”, las de “Cuello pelado”, las “Reculas” y las de “Patas cortas”, en realidad no constituyen razas, sino variaciones producidas espontáneamente, por mutaciones naturales en la gallina indígena o por intromisión de sangres extrañas, y, en realidad, no debe ni tratarse de ellas. Esas gallinas, en su mayoría de escasa producción, son las que deberían eliminarse de los corrales españoles, sustituyéndolas por gallinas de pura raza, nacionales o extranjeras.

 

Después de lo leído hasta ahora, podemos sacar, a nuestros ojos, dos conclusiones: la primera, la pedresa es una gallina que viene de lejos, en los relatos de Manuel Llano (años 30) aparece con toda “naturalidad”, y su presencia, a principios del siglo pasado, era lo suficientemente significativa como para que Castelló (años 40 y 50) haga referencia a ella en sus libros. Tened presente que, por aquellas fechas, sus textos eran la vanguardia de la avicultura; y la segunda, que si algo hay claro sobre ella hasta ahora, es que no destaca por su volumen.

 

Benito Madariaga

En 1961, el veterinario cántabro Dr. Benito Madariaga de la Campa, publicó, a través del Departamento de Zootecnia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el primer patrón morfológico de la pedresa bajo el título “Estudios Avícolas. La Raza Pedresa”. En este trabajo, se describe una gallina de constitución ligera y muy activa, lo que concuerda con la idea que dejó traslucir Manuel Llano en sus relatos costumbristas y que apuntó Castelló. Textualmente Madariaga escribe:

La gallina Pedresa pertenece al tipo mediterráneo y está dotada de las cualidades y de la vivacidad propia de las aves camperas


Fotografía aportada por el Dr. Madariaga en su trabajo.

Pocas cosas se pueden añadir, ya que el trabajo es una descripción de la gallina tal y como él la encuentra. La fotografía que el autor incluye en la publicación habla por si sola.

Únicamente hacer hincapié en los siguientes cortes:

La raza americana Plymouth-rock, pese a su cruzamiento con gallinas mediterráneas, se caracteriza, en el medio rural donde existe híbrida, por su conformación corporal voluminosa y redonda, a la que une una capa con plumas de barrado oscuro. Estos ejemplares pueden heredar la coloración blanca de las orejillas que no les es característica.”

Esta raza (pedresa) puede únicamente confundirse con la americana Plymouth-Rock y con la española Utrerana de variedad franciscana. La primera se caracteriza por su tipo más voluminoso y poseer orejillas de color rojo. Sin embargo, los híbridos procedentes del cruzamiento con razas mediterráneas pueden ofrecer alguna confusión….”

Es de tipo ambiental, influenciada por el hombre a merced a los cruzamientos. Hemos observado ejemplares híbridos de Pedresa y gallina de Transilvania, individuos con doble cresta, etc. Es natural que el cruzamiento se produzca con profusión en las gallinas camperas que habitan en el medio rural donde, como hemos dicho, abundan razas de distinta procedencia y conformación.”

En la raza pedresa, en primer lugar, es obligatorio precisar los lugares de localización geográfica y confeccionar un censo de animales más o menos puros. Tanto interés tiene el estudio del tipo étnico en aquellas zonas donde no existe o es escasa la influencia de razas seleccionadas, sobre todo la Plymouth Rock, que puede ofrecer formas mestizas que hace difícil la diferenciación por el técnico. Hoy (recordad que está escrito en 1961) está raza americana está extendida en nuestros pueblas, donde se ha cruzado con las aves camperas, degenerando en sus formas y adquiriendo una mayor resistencia a las condiciones desfavorables

Después de leer estos pasajes, parece claro que el cambio de nuestra gallina estaba en marcha.

 

En los textos de ambos autores, Madariaga y Castelló, es importante destacar la aparición en escena de la Plymouth Rock, como si fuera la sombra que precede al asesino, aunque ellos no lo vieran así, sino como la posible solución a los “males” de nuestra gallina.

 

Fernando Orozco

En el año 2000, se publicó en la revista Arte Avícola (nº32), un nuevo patrón de nuestra gallina campera, firmado por Fernando Orozco, uno de los mayores expertos en avicultura de este país en los últimos años. A medida que lees este texto, ves como la gallina que en él se describe y la que esta presente en nuestra memoria (lo sentimos, pero aunque dijimos que lo íbamos a dejar aparte, no podemos resistir mencionarlo) y aparece y/o se intuye en los textos anteriores, son animales sensiblemente diferentes. Sobre todo en lo referente al tamaño. Donde antes aparece una gallina semiligera ahora hay una semipesada. Lo que antes era descrito como cercano al tipo mediterráneo, ahora es atlántica de pura cepa.
Véase un ejemplo, a lo largo del artículo se dice:

en cuanto a la descripción de la raza, junto a datos coincidentes con los de un ave de tipo atlántico bien definidos, anota el color blanco de la orejilla y cita más de una vez sus “características mediterráneas” (en referencia al escrito por Madariaga) lo que no concuerda con las poblaciones que hoy tenemos”.

También se nos dice en este artículo:

En el libro de Salvador Castelló (1949), y en el apartado Otras razas españolas, dice: “Además de las razas ya definidas en algunas regiones y provincias, hay ciertas clases de gallinas que, debidamente seleccionadas, bien podrían ser elevadas a la categoría de razas”, y más adelante: “Nos referimos a las Pedresas o Franciscanas, de color gris barrado, de Santander”. Y luego añade que por medio de un cruce absorbente con Plymouth Rock, se mejoraría su color y rendimiento.”

Como hemos visto antes, es cierto que Castelló nos dice esto, pero también nos dice alguna cosa más. Posteriormente en el desarrollo de este nuevo patrón, la definen por completo como gallina de tipo atlántico (semipesada). O hablamos de animales diferentes o resulta evidente que este mismo ha cambiado mucho a través de los años que se llevan de diferencia las publicaciones (Castelló 1949, Madariaga 1961, Orozco 2000).

 

Gallinas vascas

En nuestra búsqueda de información sobre la pedresa, nos hemos tropezado con un autor, cuyo trabajo, aunque versa sobre las gallinas de nuestros vecinos, consideramos muy significativo y útil para el caso que nos ocupa, que no es otro que el de encontrar la esencia de nuestra gallina, y puesto que uno de los argumentos que más se escucha hoy en día, para justificar una pedresa de tipo semipesado, es la existencia de las gallinas vascas como referente del resto de gallinas de la cornisa cantábrica, vemos necesario incluirle en estas páginas.

 

José Antonio García del Escobal

En su estudio titulado “Raza aviar vascongada” (1963), García del Escobal, perteneciente al departamento de Zootecnia, sección de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria de León, establece la existencia de una única raza vasca, dividida en 5 variedades:

La raza aviar vascongada posee cinco variedades: perdiz, rubia, leonada, armiñada y blanca.”

A continuación nos describe las cinco variedades, en un exhaustivo examen zootécnico. Entre la información que nos aporta, creemos importante destacar la siguiente:

 

 
Hembra
Macho
Variedad Perdiz
Aspecto general
Elegante, airoso, vivo; tipo mediterráneo, eumétrico y longilíneo
Arrogante, airoso, de movimientos vivos; eumétrico y longilíneo
Color de las orejillas
Blancas moteadas de rojo
igual
Peso vivo (gramos)
1950
2380
Variedad Rubia
Aspecto general
Bien conformado, femenino, eumétrico y longilíneo
Elegante, airoso, vivo; de movimientos enérgicos, eumétrico y longilíneo.
Color de las orejillas
Blancas moteadas
Blancas moteadas
Peso vivo (gramos)
1850
2100
Variedad Armiñada
Aspecto general
Rechoncho, de movimientos normales; eumétrico, sublongilíneo
Robusto, airoso, eumétrico y longilíneo
Color de las orejillas
Blanco, moteado en rojo
Blanco, moteado en rojo
Peso vivo (gramos)
2150
3000
Variedad Blanca
Aspecto general
Muy femenino, mediterráneo, vivo; eumétrico y longilíneo
Airoso, elegante; eumétrico y longilíneo
Color de las orejillas
Rojas
Rojas
Peso vivo (gramos)
2050
2280
Variedad Leonada
Aspecto general
Airoso, mediterráneo, eumétrico, longilíneo
Arrogante, de movimientos vivos, eumétrico y longilíneo
Color de las orejillas
Blancas moteadas en rojo
Blancas moteadas en roja
Peso vivo (gramos)
1980
2280

Como se puede comprobar, poco tienen que ver las gallinas descritas con las actuales. Los pesos que se dan son muy significativos.

Además del estudio descriptivo, el autor propone un patrón general, que sirva de referencia para la mejora de la gallina. Consideramos oportuno incidir sobre los siguientes fragmentos del texto:

Defectos

Consideramos como más sobresaliente: 1º. Cabezas demasiado largas; 2º crestas con dientes laterales; 3º las orejillas en las que el moteado rojo asciende de la mitad inferior; 4º el cuello excesivamente largo en los machos; 5º el pecho estrecho en los machos, 6º vientre voluminoso en los machos; 7º alas largas; 8º en machos y hembras el peso debe ser más elevado.”

Standard de perfección

Plástica. Eumétrica, en machos y hembras. Hembra, longilínea, y macho sublongilíneo.

Cabeza. Corta y ancha.

Cresta. Aserrada, con pocos dientes.

Orejillas. El moteado rojo no debe pasar del extremo inferior.

Cuello. Fino en las hembras. Corto y fuerte en los machos.

Pecho. Amplio en los machos.

Vientre. Voluminoso en las hembras. Recogido en los machos.

Cavidad pelviana. Larga y ancha en las hembras.

Alas. Cortas en ambos sexos.

Extremidades inferiores. Cortas y gruesas en los machos.

Diagnosis raciales. Por cuanto se refiere a la plástica, es difícil señalar diferencias entre las gallina vascongada y el resto de las razas españolas, ya que excepto la paraíso, todas las razas de producción responden al tipo mediterráneo, son eumétricas y longilíneas o sublongilíneas, al igual que la gallina que nos ocupa, y las diferencias resultan poco ostensibles…”

 

En la sección Galería, podrás encontrar las fotografías que García del Escobal aporta para acompañar las descripciones de las diferentes variedades.

 

Por su parte, Castelló, cuando repasa las razas de gallinas españolas, sólo menciona como significativas en la zona vasca, textualmente:

Otros tipos españoles.- Si no como razas bien definidas pueden tenerse como susceptibles de serlo las gallinas de tipo ligero, rubias de Llodio (Álava) que fueron seleccionadas por el marqués de Lloriana bajo el nombre de Llodianas,…”

añadiendo en otra parte:

" Tenemos también las Llodianas rubias de Álava, a cuya selección mucho se dedicó don Manuel Urquijo, Marqués de Lloriana, y que por su cruzamiento con la Plymouth leonada podrían dar lugar a la obtención de otra buena raza.”.

 

Tened presente también, que las actuales razas de gallinas vascas, fueron creadas a partir del año 1975 (Capítulo VI. Razas de nueva formación, del libro “Razas de gallinas españolas”, Orozco.1989).

 

Sentimos decir, que hasta la fecha, de la gallina asturiana, no hemos encontrado ninguna referencia, aunque como seguimos buscando, igual en el futuro encontramos algo. Pero mucho nos tememos que de encontrarlo, ocurrirá algo parecido a lo que sucede con la pedresa y las gallinas vascas. Lo que en un principio era blanco ahora es negro, en este caso rojo.

 

Una última aportación y conclusiones

En el escrito que aparecía antes en esta sección, hablábamos de una posible y probable trasformación de la pedresa a través de los años. Pues bien, este es el momento de hacer esa visita que teníamos pendiente a la lección 11 del libro de Castelló. En este punto del libro, aparece la fotografía más antigua de una pedresa que hasta la fecha hemos encontrado. Y lo que no es menos importante, como Castelló no se cansa de decirnos, que lo mejor que le puede pasar a nuestra gallina, es su cruce con la Plymouth, se nos muestra una serie de fotografías enseñándonos el cambio que va produciéndose en la pedresa a medida que aumenta la proporción del cruce con la americana.

 

Mi libro de gallinas. Salvador Castelló (1949)

 

¿Os suenan las fotografías 3 y 4? Seguro que si. Se podrían intercambiar sin mucho problema por casi la totalidad de los ejemplares que hoy en día muchos consideran “Pedresa”. Además, podemos comprobar como el cambio producido es rapidísimo en condiciones que podríamos llamar, de “laboratorio”. Suponemos que en el campo, esta “evolución” fue más lenta, pero visto lo que hoy en día se ve por ahí, es evidente que en gran medida se ha consumado.

Somos conscientes que el nuevo patrón viene avalado por la firma de grandes autoridades en la materia. Pero sin ánimo de ofender a nadie, e insisto, desde nuestra humilde posición, no podemos estar de acuerdo con él. No nos sirve que tanto el recuerdo que se tiene de ellas, como todas las referencias aparecidas en tiempos pretéritos se despachen con un simple “lo que no concuerda con las poblaciones que hoy tenemos”, ya que el hecho de que no encontraran poblaciones significativas tal y como eran descritas anteriormente, significa de ninguna manera que no hayan existido (como creemos ha quedado demostrado) y mucho menos que no se puedan conseguir, porque ejemplares con las mencionadas características se encuentran.

La intensa mezcla a la que ha estado sometida nuestra gallina, recordad todas las recomendaciones que hay para cruzarla con la gallina americana, ha hecho que muchas de sus características se hayan difuminado con el paso del tiempo. Entre esas características perdidas, no sólo se encuentran la famosa orejilla blanca-crema y el pequeño-mediano tamaño (jamás grande), sino también el carácter agreste del gallo pedrés. Si una cosa aprendías de pequeño era a no entrar en el corral de las gallinas si rondaba el pedrés o te arriesgabas a que te diera una buena carrera. Hoy en día es difícil encontrar un gallo así. Los pedreses son de carácter fuerte, lo que les permite imponerse a gallos de mayor corpulencia cuando conviven con ellos, como pueden ser los castellanos negros, los prat o villafranquinos, quedando a la par de los gallos de león y sólo superados por el temible combatiente, característica esta, que a más de un niño le ha costado un apodo.

En estos días, se escuchan comentarios no sólo acerca de que la pedresa es una gallina grande, sino que además tiene un nivel bueno como ponedora. Si en verdad hubiera tenido cualquiera de las dos cualidades no habría sido barrida del mapa como lo fue. A la hora de producir carne, es una simple cuestión de genética. De donde no hay no se puede sacar. Criados a base de cereal dan una carne excelente, pero en cantidad sale lo justo. En cuanto a su condición de ponedora, en igualdad de condiciones, la pedresa puede ganar a casi cualquier otra raza, eso si, siempre y cuando esas condiciones estén igualadas por lo bajo. Esa era y es la principal virtud de nuestra gallina. Su capacidad de trabajo en condiciones duras. La primera condición, el tamaño, aunque es mejorable, no pensamos que deba sufrir cambio alguno, ya que de producirse, estaríamos cambiando su esencia. Sobre su capacidad de ponedora, sería recomendable una mejora y es un objetivo en el que trabajar. Así que, si tienes una pedresa buena ponedora y que te da “hermosos” pollos, vuelve a echarla un vistazo para asegurarte de que realmente es una pedresa. Recuerda la fotos 3 y 4 arriba mostradas. ¿Alguno es capaz de imaginarse un pollo de 4-5 kilos correteando Alisas arriba, por decir un lugar?

Obviamente, el trabajo a realizar es mucho mayor, al intentar recuperar la gallina tal y como era, que dedicarnos simplemente a reproducir los ejemplares que fácilmente encontramos para hacer número. La cuestión radica en que, nosotros entendemos que la Pedresa forma parte del patrimonio cultural de Cantabria, por lo que no nos vale cualquier cosa. Y no nos vale por eso mismo, por que al ser patrimonio, tiene que ser algo real. No nos sirve nada que huela a fabricado, dirigido o inventado. Tenemos suficientes testimonios escritos a lo largo del siglo pasado (Llano-Castelló-Madariaga) para saber como era y así es como debe de ser. Por ello, como se hace cuando se restaura cualquier objeto y salvando las distancias, lo que debemos hacer es precisamente eso, “restaurar” a partir de lo que nos queda, no fabricarlo de nuevo, no redefinirlo, ya que con ello estaríamos falseando ese patrimonio nuestro. ¿Qué necesidad tenemos de convertir a nuestra gallina campera en una gallina de establo más? ¿Qué necesidad tenemos de convertir nuestra gallina en algo que ya existe y tiene nombre?. Elegimos buscar, conservar y fomentar nuestra gallina de toda la vida, frente a participar en la fabricación de algo que se parece mucho, permitidnos la comparación, al filial de un equipo (Plymouth-Pedresa).

Sin ánimo de hacer de esto una cruzada, nos limitamos a expresar nuestra opinión a la par que nuestras intenciones, aunque más bien podríamos decir deseos, que no son otros que el de ver a nuestra gallina campera por los “praos” de La Montaña y que esa gallina sea lo más parecida a la que fue, chiquituca y de las que pacen. Por eso ¿quién mejor que Madariaga para marcarnos el camino a seguir?

 

Como decíamos al comienzo, esperamos que lo que aquí has encontrado te sea interesante, y sobre todo útil, a la hora de trabajar con tus gallinas. Sopas con ondas.

 

Bibliografía

 


SOLICITUD DE ANILLAS

Numero de anilla gallo 18,gallina 16
(Precio de 10 unidades: 2,3 euros)
Son anillas oficiales homologadas por la Entente Europea de avicultura validas para toda Europa, numeradas y con la inicial de España.
(PEDIDOS SOLO VALIDOS PARA CANTABRIA)


Su nombre:

Su direccion e-mail :

¿Con qué frecuencia visita mi sitio Web? ( opcional)
Todos los días
Una vez a la semana
Una vez al mes
Una vez al año

Por favor, indique el numero y diametro de las anillas:


Anillas 2008

 

 

Hosted by www.Geocities.ws

1