Para comprender el dolor hay que vivirlo

Cuando íbamos hacia Egipto, encontramos tres ladrones, pero no nos quitaron nada, aunque teníamos algunas pocas cosas, que a aquellos podían sevir, por que uno de ellos concevío a los otros: "Son pobres, tal vez deben ir lejos, y entonces... ¿por qué sacarles sus pocas cosas?".

Ese hombre era en verdad un ladrón, por una de esas tantas circunstancias de la vida, pero también tenía en sí mismo bondad. Despúes continúo siendo un ladrón, siempre llevado por esas tantas circunstancias de su vida, y fue crucificado junto a Jesús. Tal vez recordó aquel episodio, tal vez nos reconocío. Ciertamente  estaba arrepentido.

Bajo la Cruz, Yo, Myriam, he sufrido lo imposible, bajo la Cruz he comprendido el dolor de todos aquellos que pierden alguna criatura amada.

Para comprender el dolor hay que vivirlo. Yo tenía la certeza de volver a ver a mi Jesús y vosotros tened la certeza de volver a ver a vuestros seres queridos. Y tendreís entonces la paz y la esperanza aun la nostalgia. La nostalgia es un sentimiento de tristeza y de ternura que hace revivir tantas horas bellas, que no vuleven. Las horas no regresan jamás, pero, en la eternidad que nos llegará, todo se puede revivir, también las horas felices.

En aquel tiempo, un día Jesús, tenía entonces siete años, hablando de vosostros, como Dios, me dijo:

"¡Immi, veo el tiempo y a aquellos que vendrán! A ellos les envío ya desde ahora mi amor, y en el tiempo, gozarán de este amor, les mandaré mi luz y vivirán entonces serenos, en un mundo oscuro, ¡por qué tendrán fe!"

"¿Hijo mío, y aquellos que no tendrán fe?"

"Immi, ¡serán aquellos que me producirán dolor y martirio!"

No comprendí, pero mi corazón tembló, recordé entonces las palabras de Gabriel: "¡La sombra de una cruz pesará sobre tu vida!"

¡La sombra de la Cruz! Cada vida una Cruz, pesada o liviana...Jesús os ha prometido su reino y vosotros, que tenéis fe, permaneced entonces serenos, ya que esperáis la vida del mundo que vendrá: el Reino de Jesús. Vivir en ese Reino es maravilloso y Yo pienso entonces en vosotros con alegría, porque gozaréis de esta maravilla. Jesús, despúes de aquellas palabras, se puso a jugar como un niño más:

"Debes comer todo, no dejes nada en tu vasija..." "¡Lo sé Immi, cada comida es un don de gracia!"

El jardín estaba desnudo, por que era invierno, teníamos el fuego encendido...Me vuelvo a encontrar en aquella pequeña casa y vuelvo a sentir el perfume de la madera y el calor que me llama.

"Cada cosa es un don de gracia"

Sin embargo, los hombres no piensan en esto, piensan que todo es debido a ellos. Gracias a Dios existís vosotros, que habéis comprendido la Verdad. ¡La Verdad! ¡Es luz y es Vida! Así vosotros estad conformes con lo que tenéis: la vida del mundo que vendrá.

Jesús, de muchacho y despúes de hombre, tenía unos pies perfectos: ¡la huella de aquellos pies!

 "¿Quo vadis, Domine?"

Y Simón, cuando lo encontró en aquel camino, cercano a vuestra, quedó atónito...¿Y si vosotros lo encontrárais? Siempre lo podéis encontrar:

"¿Señor , a donde vas?"

"¡Vengo a tu encuentro, con los brazos abierto"!

(Fragmento extraído de "Mi vida en Nazaret")

Hosted by www.Geocities.ws

1