Explicación de la fiesta de Corpus Christi
Corpus Christi
es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en
la Eucaristía.
Este día,
recordamos la institución de la Eucaristía, que se llevó a cabo el Jueves Santo, durante
la Última Cena al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre.
Es una
fiesta muy importante porque la Eucaristía es el regalo más grande que Dios nos
ha hecho, movido por su querer quedarse con nosotros después de la Ascensión.
Origen de la fiesta:
El milagro de Bolsena
En el siglo
XIII, el sacerdote alemán, Pedro de Praga, se detuvo en la ciudad italiana de
Bolsena, mientras realizaba una peregrinación a Roma. Era un sacerdote piadoso,
pero dudaba en ese momento de la presencia real de Cristo en la Hostia
consagrada. Cuando estaba celebrando la Misa junto a la tumba de Santa
Cristina, al pronunciar las palabras de la Consagración, comenzó a salir sangre
de la Hostia consagrada y salpicó sus manos, el altar y el corporal.
El sacerdote
estaba confundido. Quiso esconder la sangre, pero no pudo. Interrumpió la Misa
y fue a Orvieto, lugar donde residía el Papa Urbano IV.
El Papa
escuchó al sacerdote y mandó a unos emisarios a hacer una investigación. Ante
la certeza del acontecimiento, el Papa ordenó al obispo de la diócesis llevar a
Orvieto la Hostia y el corporal con las gotas de sangre.
Se organizó
una procesión con los arzobispos, cardenales y algunas autoridades de la
Iglesia. A esta procesión, se unió el Papa y puso la Hostia en la Catedral.
Actualmente, el corporal con las manchas de sangre se exhibe con reverencia en
la Catedral de Orvieto.
A partir de entonces, miles de peregrinos y turistas visitan la Iglesia de
Santa Cristina para conocer donde ocurrió el milagro.
El Papa estaba admirado con el
milagro y le pidió a Santo Tomás de Aquino que compusiera algo propio para
oficiar la santa Misa y así, llevar a cabo un oficio en el que se honrara la
Sagrada Eucaristía como el Cuerpo de Cristo.
Un año después
del milagro, en Agosto de 1264, el Papa Urbano IV introdujo la composición del
santo y se instituyó la fiesta de Corpus Christi.
En Agosto de
1964, setecientos años después de la institución de la fiesta de Corpus
Christi, el Papa Paulo VI celebró Misa en el altar de la Catedral de Orvieto.
Doce años después, el mismo Papa visitó Bolsena y habló en televisión para el
Congreso Eucarístico Internacional. Dijo que la Eucaristía era “un maravilloso
e inacabable misterio”.
Diversas maneras de celebrar
esta fiesta
Participar en la procesión con
el Santísimo
La procesión
con el Santísimo consiste en hacer un homenaje agradecido, público y
multitudinario de la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Se acostumbra
sacar en procesión al Santísimo Sacramento por las calles y las plazas o dentro
de la parroquia o Iglesia, para afirmar el misterio del Dios con nosotros en la
Eucaristía.
Esta costumbre ayuda a que los
valores fundamentales de la fe católica se acentúen con la presencia real y
personal de Cristo en la Eucaristía.
La Hora Santa
Es una manera
práctica y muy bella de adorar a Jesús Sacramentado. El Papa Juan Pablo II la
celebra, al igual que la mayoría de las Parroquias de todo el mundo, los jueves
al anochecer, para demostrar a Cristo Eucaristía amor y agradecimiento y
reparar las actitudes de indiferencia y las faltas de respeto que recibe de uno
mismo y de los demás hombres.
Consiste en
realizar una pequeña reflexión evangélica, en presencia de Jesús Sacramentado
y, al final, se rezan unas letanías especiales para demostrarle a Jesús nuestro
amor.
Se puede
celebrar de manera formal con el Santísimo Sacramento solemnemente expuesto en
la custodia, con incienso y con cantos, o de manera informal con la Hostia
dentro del Sagrario. Cualquiera de las dos maneras agrada a Jesús.
Se inicia con
la exposición del Santísimo Sacramento o, en su defecto, con una oración
inicial a Jesucristo estando todos arrodillados frente al Sagrario.
A
continuación, se procede a la lectura de un pasaje del Evangelio y al
comentario del mismo por parte de alguno de los participantes.
Luego, se
reflexiona adorando a Jesús, Rey del Universo, en la Eucaristía.
Se termina con las invocaciones y
las letanías correspondientes y, en el caso de que la Hora Eucarística se haya
hecho delante del Santísimo solemnemente expuesto, el sacerdote da la bendición
con el Santísimo; en caso contrario, se finaliza la Hora Santa con una plegaria
conocida de agradecimiento.
Recordar en familia lo que es
la Eucaristía