Un cuento:
Un agricultor que vive en lo alto de un cerro, se
propone hacer un túnel que permita atravesar la montaña y llevar más rápido la
mercadería hasta el pueblo construido en el valle.
Pasa por el lugar un sabio amigo y le advierte que
según los cálculos, morirá sin realizar diez metros de la obra:
A lo que el anciano contesta:
-Yo también hice mis cálculos. Coincide con los
tuyos. Pero cuando muera, mi hijo continuará la obra y luego mi nieto. Llegará
un día en que uno de mis descendientes llevará los frutos de la tierra desde lo
alto del cerro hasta el corazón del valle.
Reflexión:
Al mirar atrás y ver la historia de nuestra
Patria, podemos comprobar que muchas veces ha sido un camino difícil. Un gesto
de auténtico coraje y esperanza dio origen a este querido país. Esos hombres
tomaron una importante decisión, era el momento, era la oportunidad. Se habían
comprometido con el proyecto de construir la Patria, por eso obraron con
grandeza y generosidad.
Nuestro desafío hoy es sembrar en el corazón de nuestros niños la semilla de la Patria Nueva. Nuestro desafío consiste en formar corazones honestos, los corazones de aquellos quienes mañana tendrán en sus manos la misión de conducir a nuestro pueblo, buscando siempre la justicia, trabajando por el Bien Común, buscando la verdad, practicando el perdón, construyendo la unidad.
Sembrar en los niños estos valores es la forma de
empezar a construir...
“En nuestro tiempo algunos tienen la tarea de
preparar la tierra del corazón de nuestros niños y jóvenes, otros de sembrar y
otros serán los que cosechen”