Hará realidad uno de
sus sueños: dirigir y protagonizar una película sobre Jesús de Nazaret
Almudena Ortiz
El famoso actor, Mel
Gibson, se suma a la larga lista de hombres que han representado en la gran
pantalla al Hijo de Dios. Gibson, que nunca ha ocultado su fe, va ha hacer
realidad uno de sus sueños cinematográficos: dirigir y protagonizar una
película sobre Jesús de Nazaret.
En la
sureña ciudad italiana de Sassi di Matera (Patrimonio Cultural de la
Humanidad), y en la cercana Craco, se filmarán las últimas 24 horas de la vida
de Cristo: la Cena, el encarcelamiento, el juicio, la pasión y la muerte del
Mesías. Tras los primeros trabajos de observación y proyectos de realización,
el equipo de Gibson llegará a Italia a mediados de septiembre para el rodaje,
que durará, según lo previsto hasta mediados de noviembre.
Veremos,
pues, a un Mel Gibson con barba y melenas «al estilo hippie» encarnando al
carpitero de Nazaret, y a un Cristo con los inconfundibles ojos azules de Mel
llevando la cruz por las calles empedradas de Sassi, sudoroso, en plena mañana
otoñal mediterránea. Será necesario esperar un poco para observar los
resultados de la caracterización.
No ha
faltado tampoco esta vez en el guión de «Passion», el asesoramiento del
director con teólogos y eclesiásticos. La idea de Gibson es no sólo un reto ya
que su film pasará por la criba de los críticos y del público creyente sino,
también, una ilusión. Hace tiempo que sueña con llevar al cine el final de la
vida de Jesús, pues se considera «una persona de gran fe católica».
Estas
producciones sobre la vida de Cristo son una prueba de ello; Mel se arriesga
aun sabiendo que la industria cinematográfica vive, en
general, de espaldas al cristianismo.
Gibson
lleva 22 años casado con la australiana Robyn Moore, algo poco usual en la vida
de las estrellas de Hollywood; con ella ha tenido siete hijos. El actor se ha
declarado contrario a cualquier método anticonceptivo y no es partidario de las
prácticas homosexuales. Sus declaraciones le han valido muchas críticas, pero
él se limita a ser coherente con lo que piensa. En Mel vemos a un hombre que ha
sabido estar entre los mejores sin corromperse, e influir en el mundo del cine
y en la sociedad con mensajes y valores cristianos