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Estos Artículos fueron publicados originalmente por miembros de la ASOCIACIÓN DE ASTRÓNOMOS AUTODIDACTAS DE COLOMBIA sus transcripciones son fieles a los originales. Muchas imágenes se han actualizado.

 

PRECURSORES DE LOS VIAJES ESPACIALES

 

 

 

Original escrito por

 

Ivan Ramirez

 

 

El hombre fue, es y será siempre un soñador. Y como tal lo empezamos a ver inicialmente en el mundo de las leyendas y la literatura fantástica. Como leyendas recordemos aquella en la que Dédalo y su hijo Icaro son hechos prisioneros en la mediterránea isla de Creta. Para lograr huir construyen dos pares de alas que les permiten remontarse por los aires. Cuando ya habían alcanzado una altura considerable, Icaro intenta elevarse más con la pretensión de aproximarse al sol, con tan mala suerte que la cera que unía sus alas se derrite precipitándose al mar.

 

 

Y pasando al terreno de la literatura hagamos referencia al primer libro de ciencia ficción, “Historia Verdadera”, escrito en el año 260 de nuestra era por el poeta griego Luciano de Samosata. En el, Luciano nos narra sus aventuras con un grupo de amigos a bordo de una embarcación. En cierta ocasión se les ocurre navegar más allá de las columnas de Hércules, ahora estrecho de Gibraltar. Súbitamente, son sorprendidos por una tormenta que eleva su embarcación por los aires. La tormenta continúa y finalmente descienden en la superficie de la luna. Allí son recibidos por sus pobladores, hombres robustos provistos de un solo ojo, que se desplazaban en aves de tres cabezas y cuyas plumas eran tan largas como un mástil de las más grandes embarcaciones de la época. Luciano continúa contándonos en su libro las innumerables aventuras que viven en nuestro satélite natural, incluyendo un combate entre los habitantes de la luna y el sol.

 

De esta manera podíamos continuar nuestro recorrido por ese inagotable mundo de la imaginación.

 

Más el hombre, sin saberlo, había empezado a hacer uso de los principios físicos que permitirían los futuros viajes espaciales. Remontémonos al siglo sexto de nuestra era. Los antiguos pobladores de la legendaria China descubren que una mezcla de carbón de leña, salitre y azufre estallaba con gran fuerza si se le suministraba calor, habían inventado la pólvora. Comenzaron a emplearla dándole las más diversas formas, hasta que, finalmente un desconocido inventor, le da forma de palitos, los que introduce en las puntas de las flechas tanto origen a los primeros cohetes

 

La primera referencia histórica del empleo de los cohetes como armas bélicas se remonta al año 1232, cuando los pobladores de la ciudad de China Kai Fung Fu se defienden de los invasores mongoles con su original invención.

 

Cuentan las leyendas y tradiciones orales de la china, que un inventor de nombre Wan-Hoo quiso inmortalizarse con su más reciente creación. Se trataba de una máquina voladora, compuesta por dos grandes cometas unidas a un cuerpo central y todo esto localizado sobre cuarenta y siete cohetes de los más poderosos de la época. Wan_Hoo tomó su lugar en la máquina imaginando la cara de asombro que pondrían los nobles al verlo volar y descender graciosamente, en el patio del palacio. Salió de sus sueños de grandeza y dio la orden a 47 criados cada uno de los cuales portaba una antorcha, para que encendieran los cohetes. Así partió, pero no en un vuelo magistral, sino para unirse con sus antepasados en medio de una gran humareda.

 

 

 

 

Los conocimientos acerca de la pólvora y los primitivos cohetes chinos habían llegado ya en el siglo 13 a los países árabes. Allí aparecen los primeros tratados acerca de las propiedades de la pólvora y la técnica para la construcción de los cohetes.

 

Y son los árabes los encargados de divulgar toda esta serie de conocimientos a través de Europa. En dicho continente, al igual que había acontecido en los países árabes, se escriben obras en las que se sugieren mejoras a los cohetes. Estos empiezan a aparecer activamente en medio de los ejércitos europeos aún en el año 1379 el ejército de Padua emplea los cohetes como armas bélicas, para atacar la ciudad de Mestre, cerca a Venecia pronto. Pero poco a poco los ejércitos los van dejando de lado y empiezan a ser empleados por unos nuevos personajes, los artificieros. Estos se encargan de amenizar las fiestas dadas por las cortes europeas con el lanzamiento de cohetes, a los que agregan componentes que les permiten ofrecer bellísimos espectáculos nocturnos.

 

En este momento empiezan a aparecer los hombres de ciencia que llegan a descubrir las leyes y principios que llevarían al hombre a la conquista el espacio. El primero de ellos, Nicolás Copérnico, matemático y astrónomo polaco que se encarga de acabar con la antigua creencia de que la tierra era centro del universo. En su lugar, el sol ocuparía este punto privilegiado y la tierra pasaría a ser uno más de los planetas que girarían en torno a este, describiendo órbitas circulares.

 

 

Luego un astrónomo danés, Tycho Brahe, hace acopio de una gran tenacidad y logra acumular una enorme cantidad de datos, obtenidos de sus observaciones sobre el movimiento de los planetas en la esfera celeste. Posteriormente, un colaborador suyo, el astrónomo alemán Johannes Kepler toma las notas dejadas por Brahe,  las estudia minuciosamente y deduce las tres leyes que llevan su nombre. En la primera de ellas nos dice que los planetas giran alrededor del sol describiendo órbitas elípticas, y no circulares como sostenía Copérnico. En uno de los focos de la elipse descrita por el planeta se encontraría ubicado el sol. En la segunda ley nos explica que a medida que el planeta se aproxima al sol va aumentando progresivamente su velocidad y que ocurre lo contrario cuando el planeta se va alejando. Y en la 3ª y última ley nos relaciona el tiempo que emplea un planeta en describir una órbita alrededor del sol y el eje mayor de la elipse por medio de una fórmula. Estas son las leyes que rigen el movimiento de los satélites artificiales que giran alrededor de la tierra y de las ondas interplanetarias que cruzan el sistema solar en este preciso momento.

 

 

 

 

 

A continuación el físico y astrónomo italiano Galileo Galilei creó el método científico, el cual establece que toda hipótesis o teoría, para que se conviertan ley, tiene que ser aprobada por un juez estricto: el experimento. Igualmente Galileo da origen al primer telescopio, y con él observa la rugosa superficie de la luna y por primera vez las lunas de Júpiter, terminando de paso con la vieja concepción de la perfección de los astros.

 

 

Por último brilla con la luz propia el matemático, físico y astrónomo inglés Isaac Newton, considerado como uno de los más grandes genios que haya dado la humanidad. Amplía la ciencia de las matemáticas, deduce los principios que intervienen en el campo de la óptica, inventa el telescopio reflector,  y por último deduce las tres leyes que son la base de la llamada física clásica.

 

 

La primera ley de Newton nos dice que un cuerpo que se halle en estado de reposo o se desplace en línea recta con velocidad uniforme, continuará en el estado en que se halle mientras sobre él no actúen fuerzas externas. La segunda ley de Newton establece que la fuerza requerida para desplazar un cuerpo es directamente proporcional a su masa.  La 3ª y última ley manifiesta el llamado principio de acción y reacción. Este consiste en que si un cuerpo ejerce una fuerza sobre otro, este último ejercerá una fuerza igual, pero de sentido contrario sobre el primero. Newton también estableció la llamada ley de la gravitación universal, en la que explica que la fuerza de atracción gravitatoria entre dos cuerpos es directamente proporcional al producto de las masas e inversamente proporcional al cuadrado de las distancias que los separan. Todas estas conclusiones aparecieron escritas en su obra “Principia” en la que también pronosticó: " estas son las leyes que permitirán a la humanidad, en siglos venideros, llevar a cabo vuelos a las estrellas”.

 

A finales del siglo 18, el cohete de guerra tiene un inesperado resurgir. En el transcurso de una campaña realizada por el ejército inglés en el golfo de Bengala, India, aparecen los mencionados cohetes. Pero no en manos de los ingleses, sino en manos de los indígenas de la región quienes logran derrotar a las huestes europeas. Resulta particularmente entusiasta de la antigua arma, el capitán inglés William Congreve. Comienza a estudiar con detenimiento las características de los cohetes, perfeccionándolos. En 1805 hace una demostración oficial ante el príncipe regente y el primer ministro de Inglaterra. El arma tiene buena acogida y se le encarga el asedio de la ciudad de Bolonia, de donde Napoleón pensaba partir para invadir Inglaterra. El viento impidió la destrucción total de la ciudad. Pero peor suerte corrió Copenhague en 1807, la que fue prácticamente arrasada por 25.000 de los cohetes perfeccionados por Congreve.

 

También en Rusia se emplea los cohetes como arma de guerra. El primero en emplearlos es el general Alexander Zasyaddko en combates que tienen lugar en el Caucazo. Posteriormente los usa en la guerra ruso turca. Estos primeros pasos de los cohetes en Rusia tienen lugar entre 1825 y 1829. Años después aparecería la obra " los cohetes de guerra " escrita por el general de artillería Konstantin Konstantinov . Este construiría los cohetes bélicos más perfectos de la época, empleándolos con éxito en la defensa de la ciudad Sebastopol entre 1854 y 1855.

 

Inglaterra hace uso de los cohetes de guerra en su lucha por conservar sus colonias en Norteamérica durante la guerra de independencia americana. A su vez el nuevo país del norte, Estados Unidos, lo emplearía en ataques esporádicos contra algunas poblaciones de México.

 

Pero de nuevo los cohetes comienzan a ser mirados con recelo por los ejércitos europeos, dada la escasa precisión para emplearlos contra blancos pequeños y el rápido desarrollo de armas de combate más certeras. Finalmente dejan de emplearse como arma bélica.

 

Ahora es tiempo de que la historia de paso a los verdaderos teóricos de la futura astronáutica. El primero de ellos es el anarquista ruso Nicolai Ivanovich Kibalvich, quien en el año en 1881 ha colaborado con el asesinato del zar Alejandro Segundo. Kibalvich es hecho prisionero, y mientras espera su ejecución se apresura a dar los últimos toques al proyecto que desde hace algunos años ha venido desarrollando. Se trata de una plataforma en cuyo centro se encuentra dispuesto un cuerpo cilíndrico cónico similar a una gigantesca bala. Dicho cuerpo se hayan lleno de pólvora que al entrar en combustión haría que el, junto con la plataforma, en la que irían los pasajeros, se elevará por los aires. Este proyecto sólo quedaría en el papel pues Kibalvich fue ejecutado en el mes de marzo del mencionado.

 

Posteriormente aparecería en el panorama de la astronáutica el que es hoy considerado como el padre de ésta: Konstantin Eduardovich Tsiolkovsky. Éste, había nacido en el año de 1857, 100 años antes del lanzamiento del primer satélite artificial, en una pequeña población a 150 kilómetros de Moscú. A la edad de nueve años adquiere una enfermedad que posteriormente los deja sordo. Se retira de la escuela y se vuelve retraído. Su padre para animar lo le obsequia libros de matemáticas y ciencias que Tsiolkovsky lee con avidez. A la edad de 16 años su padre lo envía a estudiar a Moscú. Allí pasa tres años. Vuelve a su tierra natal y se dedica a la enseñanza de las matemáticas. Luego consigue trabajo como profesor en una ciudad de mayor tamaño. En 1881, año en que es ejecutado Kibalvich, Tsiolkovsky se da cuenta de que el único medio práctico de lograr salir de la tierra con destino al espacio es utilizando la propulsión. Enuncia entonces la teoría cinética de los gases y envía sus conclusiones a la sociedad de química y física de San Petersburgo. Pero sus trabajos le son devueltos pues se le notifica que el contenido de estos ya había sido desarrollado en años anteriores. Tsiolkovsky  que es sordo y la escasez de bibliotecas le han mantenido al margen de los últimos descubrimientos científicos. Continúa sus investigaciones y envía nuevos trabajos a la sociedad finalmente es aceptado como miembro. El año de 1898 escribe su magistral obra " la exploración del espacio por medio de los cohetes " que contiene todas sus hipótesis sobre él comportamiento de este medio de transporte para llegar al espacio. Su obra pasa desapercibida hasta que conoce a otro escritor profesional que la rescribe en forma de novela, con la que él se vuelve popular. En 1900 construyó el primer túnel aerodinámico. En 1917 al triunfar la revolución, recibe apoyo para que continúe desarrollando sus trabajos. En 1924 una oleada de entusiasmo por las cuestiones del espacio invade a la Unión Soviética. Se imprimió la obra escrita por Tsiolkovsky en el 898 y se le reconoce como héroe nacional en 1929 escribe otra obra en la que hacer referencia a la posibilidad de utilizar cohetes por etapas con propelente líquido. En 1932, su cumpleaños número 75 se celebra como fiesta nacional. Finalmente muere en 1975 y sobre su tumba se puede leer el siguiente epitafio: " la humanidad no permanecerá siempre atada a la tierra”.

 

 

 

En los Estados Unidos nace el hombre que haría posible la construcción y disparo de los primeros cohetes impulsados por tropel en que líquido. Su nombre: Robert Hutchings Goddard. Éste, había nacido en el estado de Massachussets. Débil de salud, se dedica a los estudios con pasión. Inicia estudios superiores en el instituto politécnico de su ciudad natal. En 1908 durante su último año de carrera, empieza sus experimentos con cohetes a base de pólvora negra y cohetes empleados por barcos, en el sótano del laboratorio del instituto en ocasiones era tanta la cantidad de humo derivada de sus experimentos que tuvo que vérselas con la policía y los bomberos. Posteriormente ingresa a la universidad de Clark donde obtiene su doctorado. En 1914 escribe un informe sobre sus experimentos y los envía a diversas instituciones con el ánimo de conseguir auxilio para los mismos con todas le devuelven su informe, excepto el sector la más conservadora de la época: la institución Smithsoniana, quien le brinda ayuda económica. Se inicia la Primera Guerra Mundial y el ejército le pide su colaboración por sugerencia de la mencionada institución. En 1918, poco antes de finalizar la guerra crea la famosa arma Bazzoka. Vuelve a la universidad de Clark al terminar la guerra. Escribe su obra " método para alcanzar grandes alturas " en la que entre otras cosas escribe las características que debía tener un cohete para llegar a la luna: El 16 de marzo de 1926 en una granja localizada en Auburn, Massachussets, Goddard lanza el primer cohete de la historia propulsado por combustible y oxidante líquidos. La combustión de este cohete, llamado Nelll, duró tan sólo 2 y medio segundos, alcanzó una velocidad de 96 km/h y recorrió una distancia horizontal de 56 metros. Goddard continúa sus experimentos, recibiendo ayuda del mecenas de la aviación Daniel Guggenheim por sugerencia de Charles Lindbergh. En 1995 uno de sus cohetes logra una altura de 1500 metros y una velocidad de 900 km/h. Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, colabora con la marina en la mejora de los sistemas de orientación de los cohetes empleados por esta. Muere en 1945, 4 días antes de finalizar la guerra.

 

 

De los grandes de la astronáutica es el rumano germano Hermann Julios Oberth. Termina sus estudios secundarios con premio en matemáticas. Su padre, médico de profesión, desea que siga sus pasos. Empieza a estudiar medicina en la universidad de Munich y paralelamente empieza a interesarse por los problemas del viaje espacial. En 1914 al iniciarse la guerra se enrola en el ejército. Posteriormente es herido en combate y se le destina al cuerpo médico en donde dispone de más tiempo para sus estudios personales. Al finalizar la guerra regresa a la universidad pero a estudiar física, matemáticas y astronomía, abandonando la medicina. En 1924 presenta su tesis para doctorado " al espacio interplanetario por medio de cohetes". Esta es rechazada por impracticable: Contiene complicadas fórmulas matemáticas que describen los parámetros del vuelo espacial. Publica la tesis y para su sorpresa el libro constituye todo un éxito debido a que el capítulo tercero de la obra, escribe el aparato en el que pueden viajar espacio un determinado número de pasajeros y las condiciones a las que se verían sometidos duran vuelo. En 1927 se crea la sociedad de viajes espaciales con cede en Breslau, Polonia; ingresa a ella y le dirige como presidente en varios períodos. En 1928 un productor de cine alemán, Fritz Lang decide hacer una película sobre viajes espaciales que se llamaría " la muchacha en la luna”. La solicita consejo a Oberth y este gustoso colabora ante la perspectiva de la divulgación de la nueva ciencia de los viajes espaciales. Luego se le pide a Oberth que construya un cohete que pueda ser lanzado el día del estreno de la película. Se le da dinero y una fecha límite. Oberth, más teórico que práctico, fracasa en su tentativa y regresa a su tierra natal. En 1930 sube el nazismo al poder en Alemania. La sociedad de viajes espaciales es intervenida por el gobierno alemán al ver los éxitos que han logrado. En 1938 es llevado a Austria, país que sea unido Alemania, con el ánimo de poder detenerlo, dado que era ciudadano rumano. Se le da a escoger entre la ciudadanía alemana o un campo de concentración. Opta por lo primero. Se le envía a la estación experimental de Peenemunde donde colabora con el desarrollo de la bomba VI predecesora de la temible V2. Su trabajo en dicha estación experimental tiene lugar entre 1938 y 1945. Al finalizar la guerra por el hecho de no haberse hecho notar mucho, no consigue trabajo ni con los norteamericanos ni con los soviéticos. En 1950 colabora con el gobierno italiano en su programa de proyectiles. En 1954 es llamado por los Estados Unidos para que colabore con los proyectos que allí se están desarrollando.

 

 

El último de los grandes de la astronáutica que hizo posible la construcción de los grandes cohetes de nuestros días fue Wernger Von Braun. Nació en Alemania en el año de 1912, se aficiónó a la astronomía al recibir de su madre como obsequio de confirmación un telescopio. A los 17 años se presenta en la casa del escritor de ciencia ficción Willy Ley a quien le manifiesta su intención de unirse a la recién creada sociedad de viajes espaciales en la que Ley era  miembro. Ingresa a esta que tiene como cede un polvorín abandonado. Lanzan 85 cohetes con éxito, alcanzando en uno de ellos una altura máxima de 1600 metros. En 1930 se le nombra como jefe de una estación experimental al quedar intervenida la sociedad. En 1932 se gradua como ingeniero. En 1934 termina la carrera de física. En 1936 Hitler abre la estación experimental de Peenemunde. En 1938 se lanza el primer V2 que alcanza un blanco a 18 kilómetros. Von Braun ha estado desde un comienzo al frente de los programas desarrollados allí. Hitler recorta presupuesto y los programa se atrasan, pero llegar el año de 1944 Hitler empieza a perder terreno en la guerra, recuerda las temibles armas que se estaban desarrollando y envía nuevos fondos. El cohete V2 llega a su máximo estado de desarrollo y se disparan hasta el final de la guerra 3600 sobre Inglaterra y los países bajos. Sobre Inglaterra cayeron 1403 de estos proyectiles con un promedio de 7 por día el V2  alcanzaba una altura de 30 kilómetros impulsado por sus motores. A dicha altura se apagaban continuando su vuelo logrando recorrer horizontalmente 360 km. El V2 era impulsado por propelkente líquido. Al finalizar la guerra Von Braun y muchos de sus colaboradores fueron llevados a los estados unidos. El primer trabajo allí consistió en la clasificación de todas las hojas de vida de los técnicos alemanes llegados a Norteamérica luego colaboró con el lanzamiento de 100 cohetes de dos recuperados intactos de la estación experimental de Peemebunde. Dichos V2 ya no llevaban carga explosiva en su cono sino instrumentos para el estudio de las altas regiones de la atmósfera. El 29 de julio de 1958 se crea la administración nacional de aeronáutica y el espacio (NASA) siendo Von Braun su primer director. Colaboró con el desarrollo de todos los proyectos espaciales de los Estados Unidos y cumplió un importantísimo papel en el diseño del cohete Saturno 5 que permitió el hombre cumplir el sueño largamente anhelado, desde Luciano de Samocasa, de posar sus pies en la superficie de la luna.

 

Aún falta mucho para conquistar pero el hombre no se hará en su empeño pues fue, es y será siempre un soñador.

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