Repaso a más de una década
Cristina Casielles
La Coral Polifónica de Cangas del Narcea ha sido
mi primera experiencia como directora y algo totalmente casual. Cuando yo
llegué a Cangas hace trece años lo que se me planteó fue colaborar con el
director de la Banda, entonces Gonzalo Casielles, para que fuese él quien se
hiciera cargo de la dirección de la Coral. Yo dirigiría los ensayos por cuerdas
durante la semana para acortar y facilitar el ensayo del fin de semana con el
director. Esto sucedía en el mes de noviembre del 89 y el día 31 de diciembre
del mismo año tanto la Banda como la Coral harían su primera actuación en
público.
Encontrarme el día antes de la actuación los
carteles que anunciaban el concierto con mi nombre como directora fue una auténtica
sorpresa y no puedo decir que agradable, ya que era algo que no me había
planteado y que nunca había hecho, pero no pude decir que no y el día 31 dirigí
el coro por primera vez. Recuerdo de ese día el apoyo tanto de los miembros de
la Coral como de la Asociación de Amigos de la Música, especialmente de
Cándido, una gran persona de quien guardo muy buenos recuerdos. Ilusionados
todos con la recuperación de la Coral confiaron en mí. Eso me dio fuerzas y a
partir de ese momento asumí con ilusión la dirección de la Coral.
Yo no era consciente en ese momento de todas las
dificultades que tenía que superar: la recuperación de un repertorio olvidado,
la coordinación entre componentes acostumbrados a otros directores y
componentes que no hablan cantado nunca en un coro y la mayor, y más importante
de todas, que era lograr un equilibrio entre las voces.
Después de unos meses de intenso trabajo la Coral
consigue una estabilidad y un nivel aceptable para comenzar a dar conciertos.
Se recuperan los obligados en Cangas, el del Carmen y el de Navidad, y se dan
varios por la provincia, destacando el del III Certamen de Habaneras de Avilés
donde la Coral hizo un estupendo papel. Buenos momentos para la Coral: un buen
número de componentes, frecuentes salidas y conciertos importantes de los
cuales recuerdo con especial cariño el certamen coral de Navidad grabado para
la televisión y en el que la Coral intervino al lado de otros coros de
Asturias, estando a muy buena altura.
Pasaron unos años y la Coral empieza a pagar las
consecuencias del desánimo que provoca la falta de conciertos. La Asociación de
Amigos de la Música argumenta que no tiene presupuesto para salidas, y dado que
la mayor parte de los conciertos de los coros son a través de intercambios, la
Coral no puede corresponder con los coros que nos habían llamado con lo cual
dejaron de llamamos. Yo, personalmente, creo que más que dinero faltó
iniciativa e ilusión por la Coral.
Comienza así la peor época del coro: unos
componentes abandonan, otros van un día sí y tres no, y yo por mi parte me
siento terriblemente sola y desanimada. Afortunadamente reacciono a tiempo y
decido moverme por mi cuenta y pedir ayuda a quien haga falta: es cuando acudo
a Cajastur
No salía de mi asombro cuando vi el interés que
ponían en el coro y mucho menos me podía creer que las promesas de carpetas y
de conciertos fueran en serio, pero así fue y en unos meses la Coral tenía
carpetas y una gira de conciertos. Esto hace que la Coral empiece a
recuperarse, vuelven los componentes que habían abandonado y poco a poco vamos
teniendo nueva ilusión. Por eso siempre estaré agradecida a José Luis y a
Fernando, de la sucursal de Cangas, y a José García, director de zona de
Cajastur, a quienes les debo que hoy la Coral esté donde está.
Este año, por motivos que no viene al caso
mencionar, descubrí con mucho agrado y satisfacción que la Coral Polifónica de
Cangas del Narcea es un grupo sólido que sabe hacer frente a cuantas
dificultades se le pongan por delante, fieles a unos principios y que por
encima de todo es un grupo de amigos dispuestos a trabajar con ilusión. Para
mi, es un orgullo seguir al frente de esta Coral a la que quiero dirigirme
desde aquí para darle las gracias por tantos buenos momentos, así como por el
apoyo que siempre me han dado en los momentos difíciles. Y no puedo dejar de
mencionar a nuestro público, al que también tenemos mucho que agradecer, ya que
tanto en los buenos momentos como en los malos, ha estado con nosotros y
siempre se ha volcado en aplausos que, llenos de calor, nos recordaban que no
estábamos solos.
Por mi parte no me queda nada más que decir que
seguiré luchando por el coro y por todos los proyectos que tenemos en estos
momentos entre manos.