IMPRONTAS
MUSICALES O LOS INICIOS DE LA CORAL.
JOSE LUIS R. MERA.
No recuerdo el mes. Sé
que corría el agitado año de 1.980 y que no hacía buen tiempo.
Estábamos en el Candidín
comentando la movida política que desde 1. 979 traía de cabeza al concejo y, sobre
todo, a las consistoriales.
Dejé el grupo en el que
estaba para comentar algo con Neto (padre)
que departía muy animadamente con Candido y Serranín. Estando tales tres,
el tema estaba cantado: la música, tal o cual actuación, o el arreglo de alguna
partitura que había que adaptar a la gaita o el clarinete.
En éstas estábamos cuando
entra José Maria Martínez, Cherna, y
les espeta sobre la marcha: ¡Vamos a fundar una Coral!
Estaba recién llegado y
no le conocía mucha gente, ni siquiera Neto. Él había llegado como profesor al
Instituto donde impartía música.
En un principio no le
hicieron mucho caso, pero él siguió insistiendo e insistiendo. Vivía la música.
Era, y sigue siendo, un amante totalmente entregado a la música. Como en todos
los amores intensos también suele haber intensos desencuentros temporales. Su
persistencia y entusiasmo fue calando en todos. Neto decía de él que era un
genio, un artista que solo vivía por y para la música. Definición que aún hoy
sigue en vigor. I3astó oirle en sus declaraciones televisadas sobre la Semana
de Música Sacra de Avilés de la que es alma y motor.
Neto y Cándido se ponen
manos a la obra y terminan convocando una reunión a la que llaman a todos
aquellos que ellos saben les gusta la música y pueden estar interesados.
Acuden unos veintisiete.
El entusiasmo comienza a contagiarse.
Recuerdan aquellos días
en que dirigía el coro Lorenzo Menéndez o el más cercano que había dirigido
Juanjo.
Comienzan las pruebas en
la iglesia con las consiguientes juergas de unos y otros ante los gallos y
desafines. Se perfilan las primeras cuerdas y el coro se estructura. Poco
tiempo después ya eran treinta y cinco. Hay familias enteras y es precisamente
este carácter familiar el que viene a definir la Coral en estos primeros años.
Cherna atiende todos los frentes y se multiplica. Ahora ya le conoce todo el
mundo.
La mayoría no sabe leer
música y algunos componentes de la Coral, más
preparados, comienzan a
dar clases de solfeo a los otros de forma desinteresada. Aquí aparece un nuevo
entusiasmo. El de Mercedes Otero que comienza a impartir clases en una de las
aulas del C.P. Alejandro
Casona.
Paralelamente a estos
hechos se funda la entonces llamada Sociedad Polifónica Cangas cl Narcea. Esta
Sociedad apoya a la Coral y comienza a captar socios y moverse. Programa los
primeros conciertos y logra que la entrada a los mismos sea gratuita.
No recuerdo si fue el
primer concierto de la Coral o no. Sé que se celebró uno el día 5 de octubre del 81, en la entonces
Colegiata, en el que actuaron Joaquín Pixán, Luis Vázquez del Fresno y el
guitarrista japonés Haruo Ogawa. Cerró la Coral que estuvo magnífica. Por
entonces reunía ya a unas sesenta voces. Decía Neto que destacaba la cuerda de
los sopranos.
¿Qué ocurría en Cangas
por aquel entonces?.
Tras un final de año muy
agitado en el que se multiplicaron pactos y contra pactos para nombrar alcalde,
al final toma posesión del cargo José Luis Somoano, a la sazón director de la
Caja Rural en el concejo.
Los acuerdo plenarios,
que se producen en cascada, sin soportes presupuestarios y sin estudios de
ningún tipo, dejan de ejecutarse. La Comisión Municipal de Urbanismo deniega la
aprobación de unas muy polémicas Normas Subsidiarias. UCD y PC piden
conjuntamente una moción de censura. Somano no convoca el pleno y se querella
contra Rodríguez de Llano. El 17 de noviembre se celebra una manifestación
contra el alcalde a la que acuden unas trescientas personas. El ayuntamiento se
halla totalmente paralizado.
Las minas cuentan con
2.850 puestos de trabajo, producen 1 .200.000toncladas y generan unas rentas de
2.400 millones de pesetas. El nivel de vida en Cangas alcanza altas cotas.
Los cortes de luz son
continuos, cl agua llega en malas condiciones y la asistencia sanitaria deja
muchos que desear. Justo ese año se ceden unos terrenos al I.N.P. para
construir un ambulatorio. De los 296 pueblos del concejo tan solo a 48 se llega por carretera
asfaltada, 10 no tienen ningún tipo de accesos. 46 carecen de luz eléctrica y
en el resto duran más los apagones que las horas de fluido. En este invierno,
Genestoso permanece quince días aislado por la nieve.