(El Zoo de Cristal, Tennessee Williams, Escena Segunda del Acto Segundo.)

(Laura, después de algunas vacilaciones, se suelta y baila un vals con Jim, el Candidato. Sin querer, rompen el cuerno del unicornio de cristal, el preferido de ella.)

LAURA: Me imaginaré, simplemente, que el unicornio ha sido operado. Le quitaron el cuerno para que se sintiera menos…¡monstruoso! (Va a la izquierda, se sienta sobre la mesita) Ahora estará más a sus anchas con los demás caballos, los que no tienen cuernos…

JIM: (Se sienta sobre el brazo de la butaca, frente a Laura) Me alegra ver que tiene sentido del humor. ¿Usted sabe… que es.. distinta de todas las muchachas que he conocido? ¿Le molesta que se lo diga? Hablo en serio. Me siento algo así como… ¡No sé cómo decirlo! Generalmente, expreso bastante bien las cosas, pero… ¡esto es algo inexplicable! ¿Le dijo alguna vez alguien que era linda? (Se levanta, va hacia Laura.) ¡Pues lo es! Y de un modo distinto de todas las demás. Y más linda, precisamente, a causa de la diferencia. Oh, ojalá fuese usted mi hermana. Yo le enseñaría a confiar en sí misma. Uno no tiene por qué avergonzarse de ser distinto. Porque los demás no son tan maravillosos. Son centenares de miles. ¡Y usted, es única! Ellos caminan por toda la tierra. Y usted, se queda aquí. Son vulgares como… la cizaña, pero… usted… bueno; usted… ¡es Blue Roses!

LAURA: Pero el azul… no se puede aplicar… a las rosas…

JIM: ¡Es aplicable a usted! ¡Usted es linda!

LAURA: ¿En qué sentido lo soy?

JIM: En todos los sentidos… Sus ojos… su cabello… ¡Sus manos son lindas! Usted creerá que lo digo porque ustedes me han invitado a cenar y tengo que ser amable. ¡Oh, podría serlo! Podría decir muchas cosas sin ser sincero. ¡Pero le hablo con sinceridad! He notado que usted tiene ese complejo de inferioridad que le impide sentirse a sus anchas con la gente. Alguien debe infundirle confianza en sí misma… ¡ánimo!… y tornarla orgullosa en vez de tímida y evitar que vuelva la espalda a cada momento y… se sonroje… (Jim alza a Laura y la sienta sobre la mesita al decir "ánimo") Alguien… debiera (la baja). Alguien debiera… ¡besarla, Laura! (Se besan. Jim la suelta y le vuelve lentamente la espalda yendo al primer término a la derecha. Y dice en voz baja, como para si.) Oh, no debí hacer eso. Fue inoportuno… (Retrocede y se vuelva hacia Laura, que está sentada sobre la mesita.) ¿Le gustaría un cigarrillo? Usted no fuma… ¿verdad? ¿Querría una pastilla de menta? ¿De anís? Mi bolsillo es toda una confitería…¿Sabe una cosa, Laura? Si yo tuviese una hermana como usted haría lo mismo que Tom. Traería amigos a casa para que la conociesen (…)

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