A UNA MUJER
Paul Verlaine
Os ofrezco estos versos por vuestros ojos donde
un dulce sueño ríe y llora y me consuela,
y por vuestra alma pura y tan buena; os ofrezco
estos versos del fondo de mi violenta agustia.
Porque ¡ay! la pesadilla horrible que me agobia
corre sin darme tregua, furiosa, airada, loca,
y como una manada de lobos va creciendo
colgada tras mi suerte que ha cubierto de sangre.
Oh, estoy sufriendo, y sufro de un modo tan terrible
que el lamento del hombre primigenio, expulsado
del Edén, es tan sólo, junto al mío, una égloga.
Y las preocupaciones que podáis tener son
igual que las alondras del cielo de la tarde
que un día de septiembre, querida mia, entibia.