La fecundación artificial y el lenguaje jurídico

Por Eduardo Martín Quintana 1/5

(Publicado en la revista "LATRIA" n°183 año 2002, del Consorcio de Médicos Católicos)


1. Abordaré el tema desde una perspectiva generalmente inadvertida, tanto para los  médicos,  biólogos o genetistas, como también para  los juristas: la importancia de las mutaciones del lenguaje. Atento mi especialidad, el enfoque será obviamente jurídico. Como prólogo, cabe recordar que  los conceptos son expresados por  términos o palabras cuya función  es doble: significan cosas y son el medio para comunicarnos. Está última, tiene como fundamento  la tácita aceptación que el término tiene similar significado para los interlocutores, pero señalo que a veces los términos,  son usados para significar cosas diversas entre si, sin perjuicio que entre ellas  haya una semejanza, por ejemplo la palabra "medicina" designa la ciencia o arte de curar, pero también se la utiliza para significar el remedio. O sea tienen una significación polisémica o analógica, pero generalmente entre las varias cosas significadas con la misma palabra o enunciado, hay alguna que es a la que propiamente corresponde la designación y otras son también designadas con esa palabra pero en forma metafórica o derivada. Sucede a veces que por mutaciones sociológicas, ya sea espontáneas o inducidas,  se equiparan las significaciones, atribuyéndose a la cosa designada metafóricamente el mismo significado que la cosa a la que responde propiamente la significación. Entre muchas modificaciones semánticas con repercusiones jurídicas que se han operado en el  ámbito de la fecundación artificial, me referiré sólo  a la expresión "derecho al hijo".
     
2. Para explicar mejor el pseudo "derecho al hijo", previamente me referiré a otra enunciación cada vez más difundida en los ámbitos de actividad de las  técnicas de fecundación artificial: "la reproducción humana. ¿Pero en realidad es cierto que en el caso de la persona  cabe hablar de "reproducción"?. Adviértase que hasta ahora los términos más empleados eran  "concepción", "generación" y "procreación". Así comúnmente se dice: tal mujer ha concebido a un hijo, los progenitories generan al hijo o lo han procreado. Nunca se oye decir a los padres cuando anuncian un embarazo: me estoy reproduciendo. Para aclarar esta cuestión conviene tener en cuenta la distinción entre la especie y el individuo. 

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