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Tantralia
Uno de mis temas predilectos ha tomado estructura y dimensión temática con este libro que titulo Tantralia. El término tantralia es mi licencia poética para referir o glosar en torno a ciertas enseñanzas del budismo e hinduísmo, especialmente, en su corriente de ideas, prácticas y simbologías relativas a Shakti, el principio femenino. Reflexionar poéticamente sobre la mujer y el atractivo sexual con que, desde mi conciencia humana, me solve, incidiendo sobre mi sexualidad, mi sed de sentido y mi individuación más plena, ni es una tarea frívola ni mucho menos un proceso sencillo. La mujer es el misterio del hombre, su desafío y siempre está un paso más allá de lo que creímos que es, o puede ser. Observada desde mi perspectiva de poeta, la mujer ha sido objeto y sujeto de mis aprendizajes más profundos.
Mis primeros empeños y aproximaciones al tema datan de los poemas a Hazel, que se convirtió en un folleto que publiqué en la década de 1970, siendo yo adolescente. Entonces, fui un chico en búsqueda de trascendencia e infinito. Devoraba los libros sobre Hatha Yoga y me debatía en cierto credo quia absurdum, en parte, influído por mis lecturas de Unamuno, Kierkegaard y la literatura védica que, en tal época de mis años colegiales, los grupos de Hare Krisna popularizaron como una moda.
A mi libro Hazel lo quemé. No soporté que mi primera gestión de autopublicación hubiese pasado por la vergüenza de una edición tan descuidada. A la niña que lo inspiró, María H. Escoda, yo no daría un libro, arruinado por la necesidad de múltiples erratas, todas las que se habrían evitado si mis anotaciones y revisiones de las pruebas de la imprenta se hubiesen respetado. Ninguna de las 250 copias impresas circuló ni mediante la entrega, de mano a mano, que fue mi única opción para deshacerme de ellas, distribuyéndolas, de otro modo que no fuera la hoguera ni la dispersión en cenizas.
La nostalgia de este primer libro pervivió. Algunos textos se incluyeron en una antología preparada por Joserramón Meléndez, con el título Poesía Oi: Antología de la sospecha (Editorial QeAser, Río Piedras, 1980). Otros textos, ya modificados, se transformaron en el germen de La casa (1987), otro libro que, en el hito de mis publicaciones, fue el primer poemario que circulé y del que recibí, en consecuencia, las reacciones de críticos y lectores.
Por las reseñas en torno a La Casa aprendí que sí vale la pena escribir para otros; ya no escribiría poemas para guardar, o hacer reflexiones íntimas de las que yo sería mi único lector en soledad. Escribir poemas había sido hasta entonces como el hábito de quien lleva un diario y lo esconde, considerándolo su memorial privado de tristezas y gozos. Cuando comencé a recibir retroalimentación por voces de lectores, fuese la reacción surgida una nacida de la mala leche más avieza o una constructiva o sincerante, supe que la poesía es un espejo que a veces nos refleja y nos presenta desnudos.
La poesía origina una comunicación entusiasmante. En algunos momentos, a medida que se gana fuerza verbal y madurez de conceptos, también permite un intercambio. En La Casa se publicaron textos (e.g., "La lepra", "Homenaje a los calzones", etc.) que me desnudan, revelando aspectos de mi carácter personal que nunca pensé que fuesen tan evidentes en un texto, o en algún escrito de mi autoría que leyera, empero alguien, una lectora y espectadora desconocida, hizo una reseña de mi intervención en una lectura pública y, en torno a mis textos, escribió:
Un reseñista peruano, por igual, observaría que la sexualidad tántrica ya está presente como constante en mi obra poética antes de que la unidad de Tantralia se estructure como libro. Dijo él:
Al fin, en cuatro secciones que constituyen este libro, se acumulan los textos necesarios para dar mi festejo al misterio de la vida y las secuencias de variación cromosomática, esto es, al establecimiento de la polaridad colaborante (hombre/mujer) y, por ende, de la procreación sexual. El misterio de la mujer sigue planteado; aunque sepamos que los genes femeninos son anteriores a los masculinos. El antepasado más próximo al hombre, el cromosoma Y, podría ser 84,000 años más joven que la mitocondria, una pequeña parte de la célula materna; pero, ¿qué importa? Aquí está un poeta fascinado que, con metáforas que toma prestados recursos teóricos a la ciencia y, con una ironía absurda y suspicaz, festeja algo que tiene mucho que ver con viejos mitos, sólo que esta vez dicho con un nuevo lenguaje: ¡sexo y réplica (o transmisión /herencia) genética.
El libro Tantralia es un canto a los procesos bioquímicos del ser, a las mujeres, a las ninfas, sin las cuales no estaríamos aquí. Es también festejo al origen de la mujer y de la madre evolucionaria. Y Tantralia tiene que ver con todo ello, lo mismo que con el cromosoma Y y las mitocondrias, con los consortes Durga/Shiva y toda una riqueza de símbolos.
A Siva, el Bienhechor y Señor del Tiempo
Tú, alumno caído en el pozo y la echada
recibíste mi secreto. El que da y quita soy
Tu mente es uno de mis tesoros. El alma,
Me dividí en dos mitades para más quererte.
y me puse, rumbo al pozo, densificado por tus zozobras.
Te dí a mi amante, Parvati; mis aguas en la visible turbulencia
Que nadie vuelva a decir que no soy visible. Te ofrezco
Que no vuelvan a decirte que soy amorfo e inextenso.
Que no vuelva la mentira a reinar como avellanas
Que tengas Atman, que intuyas mi Unidad, lo mismo
¡Qué generosa es la Vida que te doy!
No digas, no vuelvas a insinuarlo jamás,
que el placer obstaculiza que veas mi rostro
Un día, cualquiera entre mis eternidades,
Un día, cualquiera fue entre mis años y edades,
la negra más pura, Durga, la guerrera más lúbrica,
de mi orgasmo ni lo quieran desde el fondo de sus almas.
no hay mundo humano que no admita mis pulsiones instintivas.
Desoye a los que siembran culpas y vergüenzas, oradores
de recato y mojigaterías, fornicarios autodegrados, caprichudos.
Quien niega la continuidad natural del mundo y el placer posible,
me ofende. No lo buscaré en el estaque. Lo dejaré en el pozo
5-16-1991
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PRIMERA PARTE Palabras preliminares a Leyendas históricas y cuentos coloraos El hombre enamorado de la vida escribe "Yo soy la muerte" / por Abelardo García Vera CARLOS LÓPEZ DZUR • ESTETA CARIBEÑO-CALIFORNIANO Comentarios sobre la novela El Pueblo en sombras Oustanding writer: Carlos López Dzur / Somos Primos Carlos López Dzur y la Generación del '70 Tarea Escolar: Carlos López Dzur Introducción a la Laguna: Dzur Sobre «Camino de eternidad» de Héctor Soto Vera Un vistazo a los estantes de libros Homenaje a Hebe: Filigranas de Perder Locuras, Caramelos y Miel: Blog Ritmo
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Récord de Nacimientos
Genealogía
CARLOS LOPEZ DZUR
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