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Material:
Botella de plástico de 20cm de altura (limpia).
Tapón de corcho.
Una pajita de refrescos o un tubito de plástico.
Bicarbonato sódico.
Servilleta de papel (de cocina o papel higiénico).
Trozo de hilo de unos 25cm de longitud.
Tres cucharadas de vinagre (ácido acético).
Elaboración del experimento:
Coge una botella de plástico limpia de unos 20cm de altura. Busca un tapón
de corcho que encaje bien en la botella.
Haz un agujero en el corcho y pasa a través de él una pajita de las de refrescos.
Echa una cucharadita de bicarbonato sódico en una servilleta de papel (de
cocina o papel higiénico). Envuelve el bicarbonato y ciérralo con un trozo de hilo
de unos 25cm de longitud. Con el hilo sobrante cuelga del cuello de la botella el
envoltorio y déjalo en el interior de la misma.
Añade tres cucharadas de vinagre. Mantén la botella vertical y haz descender un
poco la servilleta que contiene el bicarbonato sódico por el interior de la misma.
Cierra luego la botella con el corcho, de forma que el tapón sujete el hilo y lo
mantenga en su lugar.
Puesta en practica:
Enciende una vela colocada en un plato o en una palmatoria.
Inclina la botella. El vinagre reaccionará con el bicarbonato sódico y se desprenderá
dióxido de carbono, que saldrán de la botella a través de la pajita que
atraviesa el corcho. En esa reacción también se genera agua.
Acerca el extremo de la pajita a la llama de la vela. La llama se apagará.
Un extintor de incendios contiene dos substancias muy similares a estás, que
reaccionan para formar dióxido de carbono y agua.
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