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La fuerza del aire
El aire, aunque parezca lo contrario, tiene una gran fuerza. Aunque no lo podamos ver, está al lado nuestro, y está haciendo una presión muy grande contra nosotros, pero no nos aplasta porque nosotros ejercemos una presión igual y de sentido contrario al aire, nuestro corazón al latir.
En este experimento veremos cuanta fuerza tiene, haciendo que arrugue una lata de refrescos, sin nosotros intervenir.
Necesitáis: Una lata de refrescos, unas tenazas, o unos guantes, un barreño con agua fría, y un fogón, o agua caliente.
Preparación: Coged una lata metálica de refrescos, y llenadla hasta algo menos que un cuarto de su capacidad de agua. Luego, en un fogón, calentad la lata (o meted agua caliente en el interior de la lata. Tendréis que esperar un poco más, para que el aire se caliente). El agua de su interior empezará a hervir, y el aire del interior de la lata a calentarse. Sabéis que el aire caliente ocupa más espacio que el aire frío, así que, lo que tenéis que hacer es, con mucho cuidado, volcar la lata de refrescos (boca abajo) en un barreño lleno de agua fría. El aire del interior de la lata no podrá escapar y, al enfriarse por estar en contacto con el agua fría, ocupará menos volumen que el aire caliente, y arrugará la lata, que quedará como si le dieseis un pisotón. Lo que ha ocurrido es que el aire caliente ejercía una presión contra las paredes de la lata igual a la atmosférica. Al taparle la salida con el agua, el aire se enfría, ocupa menos volumen, y, por tanto, ejerce menos presión hacia afuera de la lata. Entonces, el aire de fuera de la lata "aplastó" las paredes hasta igualar las presiones. Cuando no se arrugue más la lata, es cuando la presión exterior se igualó a la interior, a la del aire del interior de la lata.
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