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Las Leónidas

 

No sé si os habréis enterado, pero el pasado 20 te Noviembre, se ha podido ver una espectacular lluvia de estrellas. A mí, con el lío de los exámenes, se me pasó poner el artículo, pero no creáis que es tarde. Aún se pueden ver. Lo que pasa es que el día 17 fue el de más intensidad. Pero, os digo más: todos los días caen, creo que 60000 toneladas de polvo estelar a la Tierra, o sea, una burrada, y no precisamente en una noche en la que hay estrellas fugaces. Lo único que no son tan consecutivas, tan frecuentes en esas noches. Simplemente con mirar al cielo en cualquier noche, podréis ver alguna que otra estrella fugaz.

Venga, que me estoy enrollando. Os voy a hablar de las Leónidas:

Como su propio nombre indica, las Leónidas aparecen sobre la constelación de Leo, radian de dicha constelación. Este año, la citada lluvia de estrellas tuvo un gran revuelo, pues fue más intensa que otros años. Cada treinta y tres años, este fenómeno tiene una gran intensidad, y es ahora ese momento. Como ya indiqué en el artículo de las lluvias de estrellas, las estrellas fugaces no son más que meteoros, trozos de roca que, al entrar en contacto con la atmósfera, se incendian, debido al roce del aire, y a la increíble velocidad que llevan (van a setenta kilómetros por segundo), dejando una estela de luz, que es lo que vemos, lo que llamamos estrella fugaz.

El culpable de este fenómeno es el cometa Tempel-Tuttle. Cuando este cometa se acerca al Sol, que es precisamente cada 33 años, deja una gran cantidad de meteoros, y, en el año que se acercó al Astro Rey, la lluvia de estrellas es especialmente intensa, como este año.

Como también hay que ver todas las partes, aunque las lluvias de estrellas sean muy bonitas..., también tienen su lado malo. Los más perjudicados son los satélites artificiales, que se ven expuestos al impacto de esos meteoros. Tened en cuenta que estamos en el espacio, y allá arriba no hay aire. Esto hace que no haya ningún tipo de fuerza de rozamiento, así que una piedrecita del tamaño de un botón puede alcanzar velocidades increíbles, y puede atravesar metales..., es decir, que es un gran peligro para los satélites. Lo que hacen es cubrirse con unos escudos especiales, unas capas blindadas, para hacer que el daño de un impacto de meteorito sea el menor. Durante el tiempo que dure la lluvia, los satélites no operan.

Cuando me enteré de la noticia, me asomé a la ventana, y vi un maravilloso acontecimiento: el cielo encapotado me impedía ver la lluvia de estrellas. Así que, resignación, y a esperar 33 años más. Lo que más pena me dio es que este año, la frecuencia de caída de meteoros era de 20 por minuto, que es mucho. Pero bueno, espero que vosotros hayáis disfrutado de ese maravilloso espectáculo.

Os pongo ahora una foto de las estrellas fugaces, hecha con el diafragma de la cámara abierto:

 

Estrellas fugaces en el cielo

Página hecha por Miguel. Gracias por visitarnos.


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