LA GRAN PIRÁMIDE, UNA HISTORIA INTERMINABLE.


A lo largo de las riberas del Nilo la cultura faraónica despierta lentamente de su letargo milenario. Metro a metro, piedra a piedra, los egiptólogos limpian el desierto buscando las claves de tan increible cultura. A los terremotos y a los ciclos climáticos hay que sumar la acción devastadora del propio ser humano que, o bien utilizó los monumentos como cantera artificial para nuevas construcciones o se limitó a destruirlos porque atentaban contra su orgullo. Es el gran reto de la egiptología: rescatar, conservar, descifrar y dar solución a tantas preguntas pendientes de respuesta. Y cuando los trabajos de restauración se realizan, además, en el monumento más enigmático erigido sobre la superficie de nuestro planeta, la Gran Pirámide, la atención se vuelve hacia la reja que guarda su entrada, cerrada con dos candados y tras la que se adivinan herramientas y manos capaces de trabajar a pocos centímetros de la cuna de los misterios.


 

Tras algunos intentos individuales, fueron los sabios y científicos que acompañaron a Napoleón los que aprovecharon su estancia en Egipto para iniciar un inventario de obras de arte y de monumentos que aún hoy no ha concluido. Desde entonces, en apenas 200 años, los egiptólogos han intentado rescatar lo que el tiempo ha tardado milenios en ocultar.

Egipto al completo es una enorme zona arqueológica donde los amasijos de escombros delatan todo tipo de prospecciones. Antes que los arqueólogos, los saqueadores de todas las épocas, particulares o institucionalizadas, se hicieron con cuanto objeto de valor pudiera encontrarse en templos, pirámides y tumbas. Ni siquiera las momias de sus artesanos fueron respetadas. Pequeños trozos de hueso se mezclan ahora sobre la arena con trozos de cerámica imposibles de reconstruir, ya que han sido cientos de veces las que cientos de personas han rebuscado en los mismos sitios, ávidos de algún tipo de riqueza. La mayor parte de los habitantes del antiguo Egipto seguirán siendo tan desconocidos como anónimas quedarán sus ofrendas a unos dioses prácticamente olvidados.

Miles de años de cultura se esparcen arbitrariamente sobre kilómetros de superficie. Lo que un día fue un modelo de organización hoy sólo puede adivinarse por las ciclópeas construcciones que emergen a lo largo del Nilo. Columnas y sillares reclaman su lugar en la Historia ocupando el sitio para el que fueron concebidos. Templos que se alzan carentes de todo ornamento, siendo la única decoración que ofrecen unos relieves y unos jeroglíficos que, lejos de aportar soluciones, realzan aún más la idea que tenemos de enfrentarnos a una cultura que tuvo contacto con los propios dioses. Dioses que aparecen esculpidos con su falso atuendo de inmortalidad, reflejo de un esplendor pasado, lejanos en el tiempo pero a la vez cercanos, ya que enseñaron cosas tan nuestras como la escritura, la construcción, la medicina, la astronomía o la magia... secuelas que siguen presentes en nuestra propia civilización. Flecos de la sabiduría egipcia calaron en los griegos y de su mano comenzamos a deambular por los caminos de la ciencia. Mirar el Antiguo Egipto es contemplarnos un poco a nosotros mismos, un pasado imprescindible para entender nuestro propio futuro.

 

UN MUSEO AL AIRE LIBRE


El majestuoso templo de Karnac antes de la restauración. Patio anterior a la sala hipóstila

La arqueología asegura que el complejo de Saquara sólo en un veinte por ciento y otras zonas siguen idéntica suerte. Es tal la cantidad de ruinas arqueológicas pendientes de rehabilitación en Egipto, que las autoridades se enfrentan más con el problema de la conservación que con la búsqueda de nuevos hallazgos. Sólo hay que contemplar las fotos de principio de siglo para tener una idea exacta de la enorme labor desarrollada por la Organización de Monumentos Egipcios. Pocos viajeros actuales que visiten el templo de Karnac saben hace sólo unas decenas de años que su famosa sala hipóstila estuvo completamente derrumbada. Templos como el de Kom Ombo o el Rameseum eran asimismo un informe montón de piedras.

Otras inmensas construcciones, en cambio, quedaron totalmente cubiertas por la arena pudiendo hoy comprobar cómo en Esna, en Edfú o en Dendera los monumentos quedan por debajo de la línea horizontal sobre la que se asienta el pueblo que los rodea. Ello, en un principio fue una suerte, ya que son templos que se han conservado en perfectas condiciones al permanecer enterrados durante siglos. Sin embargo, surgen dudas de cuántos otros templos y edificios permanecen no sólo sepultados bajo las arenas del desierto, sino bajo las casas de pueblos que viven hoy su particular bullicio cotidiano. La actual Memphis, sin ir más lejos, se asienta exactamente sobre la antigua ciudad, capital del Imperio Antiguo. Y todas las casas del pueblo tebano de Quma cuentan en el sótano con su particular tumba del Imperio Nuevo.

Magnifico grabado de David Roberts en el que aparece cubierto de arena el templo de Ramses II en Abu Simbel

La civilización de los faraones es la cultura que más restos arquitectónicos ha dejado, convirtiendo a Egipto en un enorme museo al aire libre, con todos los cuidados que ello conlleva. El desierto proporciona un ambiente hostil en el que la arena azota sin cesar cualquier construcción, deslizándose entre sus rendijas hasta cubrirla por completo. Se tienen noticias de que la propia Esfinge, en la meseta de Giza, quedó ya enterrada en tiempos de Tutmosis IV. El faraón se quedó dormido y en sueños escuchó los deseos de la Esfinge de quedar liberada de la tierra que la cubría a cambio de convertirle en rey. El joven Tutmosis aceptó tal petición y tras dejarla al descubierto reinó como faraón.

 

MANOS A LA OBRA


Las tropas de Napoleón a las ordenes de sus científicos, fueron las encargadas de liberar a la Gran Pirámide de la montaña de escombros que se amontonaban en sus laderas. En este caso la arena no sólo procedía del desierto sino que el monumento había sido utilizado como cantera artificial por los mamelucos que utilizaron sus bloques para construir el moderno Cairo, destruido a causa de los terremotos. La pirámide pudo ser entonces medida por primera vez en la era moderna y los resultados proporcionaron los primeros datos científicos de su increíble geometría.

Desde entonces se inició en todo el país una carrera para salvar los monumentos. En 200 años se han sacado a la luz ciudades completas. A la acción del tiempo y del deterioro natural se han sumado otras cuestiones que han puesto en peligro los monumentos como la construcción de la nueva presa de Aswán, que con su espectacular trazado elevó el nivel de las aguas hasta cotas que sumergirían gran número de edificios. El gobierno egipcio tuvo que afrontar la empresa "faraónica" de transportar templos completos a lugares que se encontraran a salvo de tal catástrofe. Los templos de Ramsés II y de Nefertari en Abu Simbel, o el templo de Isis de la isla de Philae fueron trasladados piedra a piedra. El templo de Debod, situado ahora en el Parque del Oeste de Madrid, también procede de la antigua Nubia y fue rescatado de su inundación inminente.

La conservación de monumentos en Egipto está hoy en su apogeo. En los últimos cinco años he sido testigo de toda una serie de trabajos encaminados a dotar a las zonas arqueológicas de una infraestructura contra el deterioro que el tiempo impone. Toda la base sobre la que se sustentaba la segunda sala hipóstila del templo de Luxor se ha cambiado. Sólo hace un año que se ha abierto la pirámide roja de Dashur, la pirámide de Hetepheres en Giza o el templo de Sahure en Abusyr. El Valle de los Reyes cuenta con un nuevo acceso y nuevos servicios. Se han restaurado tumbas como la de Nefertari en el Valle de las Reinas. Y siguen los trabajos en prácticamente todas las zonas arqueológicas de Egipto. Hace un par de meses se concluyeron las obras de rehabilitación de la gran Esfinge de Giza, tras varios años de trabajo. Y se han abierto nuevos museos como el Museo Nubio de Aswán.

Por lo tanto, dentro de ese proyecto general de salvar los monumentos de Egipto, no debería extrañarnos el que ahora le toque su turno a la Gran Pirámide. Sin embargo, no es así, ya que ha despertado la atención y las sospechas de muchos.

 

 LA ATENCIÓN PUESTA EN LA GRAN PIRÁMIDE


El día 1 de abril de este año se cerró la pirámide al público. El Dr Zahi Hawass, director de la meseta de Giza, comunicaba en rueda de prensa el propósito de las autoridades arqueológicas egipcias de acometer las obras necesarias para dotar al monumento de una infraestructura capaz de soportar el paso del tiempo y, sobre todo, de los millones de turistas que la visitan. Con ello se culminaría un proyecto global de rehabilitación de la meseta. Tras los trabajos realizados en el interior de las pirámides de Micerinos y de Kefrén, que estuvieron cerradas durante casi un año, ahora se empezaría con la Gran Pirámide, en trabajos que se prolongarían durante ocho meses.

Tal noticia fue acogida con alarma en todo el mundo por algunos seudoespecialistas y no faltaron las portadas en publicaciones sensacionalistas que presuponían tal acción como tapadera de asuntos más complejos. Evidentemente la Gran Pirámide merece una atención especial. Particularmente expreso mi creencia de que el monumento es anterior a la propia cultura egipcia y que su interior aún guarda cámaras y secretos insospechados. El cierre durante tantos meses podría alentar las sospechas de trabajos encubiertos a la luz pública. Sería una ocasión única para sondear todas las teorías y documentación propuestas sobre corredores y cámaras aún sin descubrir. Y más aún cuando estamos en la época en que se profetizaron grandes descubrimientos en la meseta de Giza.

 

LAS PROFECÍAS DE EDGAR CAYCE


Edgar Cayce

Edgar Cayce nació cerca de Hopkinsville (Kentucky, EEUU) en 1877. Siendo aún joven ya era capaz, por voluntad propia, de entrar en un estado hipnótico semejante al sueño, método que empleó para diagnosticar enfermedades y recetar remedios a los que lo solicitaban. Cayce no recordaba nunca nada de lo que decía en sus trances y su obra fue recopilada tomando al dictado sus visiones. Su libro Misterios de la Atlántida recoge cerca de 700 "lecturas parapsicológicas" que fueron recogidas a lo largo de veintiún años. Tal relato empieza por la llegada de la Humanidad a la Tierra hace unos diez millones de años y termina con el hundimiento de la Atlántida hacia el año 10.000 a. de C.

Los relatos sobre la Atlántida y Egipto aparecen entretejidos en las lecturas de Cayce. Habló repetidamente de Egipto como de uno de los destinos principales de los atlantes en su huida. En los textos aparecen diversas alusiones e indicaciones de que Egipto había sido un lugar de depósito de registros históricos de la Atlántida. También hablan repetidas veces de tumbas y pirámides "que todavía no se han descubierto" en la nación africana. Lo extraordinario de Cayce es haber acertado con datos que sólo recientemente se han sabido. Cayce remonta la cultura egipcia hasta darle una antigüedad de 12.500 años, situándola hacia el 10.500 a. de C., la misma fecha que Robert Bauval y Adrian Gilbert (El Misterio de 0rión; El Guardián del Génesis) calculan como fecha de erección de las pirámides de Giza. Exactamente la misma que la calculada por el egiptólogo John Anthony West, por el profesor de Geología de la Universidad de Boston, Dr Robert Schoch, y por el Jefe de Sismografía de Houston, Thomas Dobecki, según los análisis efectuados en la Esfinge. Las lecturas de Edgar Cayce sitúan puntualmente los lugares donde los atlantes colocaron su particular conocimiento:"...Hubo indicios y profecías de que la Atlántida se iba a disgregar, y Egipto fue elegido como uno de los lugares donde se debían depositar los registros de aquella actividad... Para los atlantes, una preocupación de primer orden en su emigración a Egipto fue la conservación de los registros históricos y su depósito seguro tanto en la llanura de Gizeh como en otros lugares...la Entidad era uno de aquellos que fueron enterrados en la tumba, en una de aquellas que todavía no se han descubierto; pero está frente a la Esfínge, y es el más próximo de los enterramientos en aquel montículo... Pues las pirámides posteriores, las queno se han descubierto todavía están entre la Esfinge (o el Misterio) y el Nilo... la Entidad era uno de aquellos que participaron en la construcción de algunos de aquellos edificios que todavía existen y en la preparación de la que todavía no se ha descubierto..."

En otras lecturas se habla más concretamente de cámaras, pirámides y túneles subterráneos bajo las patas de la Esfinge, y frente a ella. "Estos hallazgos se pueden encontrar en la base del antebrazo o pata izquierda de la bestia tumbada; en la base de los cimientos. No en el canal subterráneo (que fue abierto por el monarca muchos años, siglos, después), sino en la verdadera base. Existe una cámara o pasadizo desde la pata delantera derecha hasta esta entrada de la cámara de los registros...".No sólo la Esfinge, sino que también la Gran Pirámide es mencionada por Edgar Cayce " .. . ¿Qué función cumplió la Entidad en relación con la construcción de la Esfínge? Cuando los monumentos se estaban construyendo en la llanura de lo que ahora se llama la Pirámide de Gizeh, esta Entidad construyó y preparó los cimientos; es decir, los dirigió, calculó su situación geométrica en relación con los edificios que se erigieron comunicados con la Esfinge. Y los datos relacionados con ellos pueden encontrarse en las cámaras de la base de la Esfinge...". Entre los años 1957 y 1988 la Associationfor for Research and Enlightenment, Inc. -ARE- (Asociación para la Investigación y la Iluminación), patrocinó diversos proyectos encaminados a la comprobación real de las salas ocultas propuestas por Cayce, contando para tal fin con organismos tan reconocidos como la Universidad de Ain Shams del Cairo o el Instituto de Investigaciones de Stanford, SRI. Las prospecciones y sondeos han dado como resultado la localización de vacíos en el terreno, en los missmos lugares referidos por el vidente.

 

DENTRO DE LA GRAN PIRÁMIDE


¿Qué están haciendo?   En la cámara de la reina se ha instalado una estructura con un tubo flexible que llega hasta la Gran Galeria. Lo desconcertante es que está conectada a un pasadizo sin salida del que dificilmente se puede extraer nada.

Está sordo, está sordo!" - le decía al inspector de la meseta de Giza mientras perseguíamos a Francisco Contreras por el Canal Ascendente de la Gran Pirámide gritando que tal acceso estaba prohibido. Efectivamente, el permiso conseguido sólo nos autorizaba a visitar el pasaje de Al Mamún, la primera parte del recorrido por el interior del monumento. Cuando conseguimos atraparle en la Gran Galería, intenté que el arqueólogo se tranquilizase sumándome a su enfado y a sus recriminaciones mientras que Iker Jiménez, casi de puntillas, penetraba a través de la Cámara de los Rastrillos hasta la Cámara del Rey. Nueva persecución, nuevos gritos, nuevos guiños de complicidad y nuevas explicaciones "¡Es que no saben inglés y no se enteran!"- El inspector nos empujaba hacia abajo, hacia la salida, controlando cada paso de Iker y de Fran y fue cuando me metí por el Canal Horizontal hasta la Cámara de la Reina. Cuándo salí encontré al vigilante lívido -"pero bueno, ¿por dónde está la salida? Porque por ahí no es"-. Su dedo indicó el Canal Descendente mientras que en su rostro se adivinaba su impresión de que yo era un idiota y no sabía encontrar el camino de salida.

Agujero situado junto al sarcófaco que quizás pueda conducir a pasajes inexplorados, como asegura Alan Alford. ¿Qué están intentando descubrir en ese punto?

Siete minutos, sólo siete minutos, estuvimos en el interior de la Gran Pirámide. Cuando salimos al exterior ya habíamos cambiado los carretes de la cámara por temor a que fuesen requisados por la policía. La frase No photo, please, it's forbidden había sido repetida más de cien veces por el inspector, aunque entre los tres disparamos más de cien veces nuestras cámaras. Pero el grupo que nos acompañaba y esperaba frente a la pirámide, al tanto de nuestro propósito, había entretenido a unos policías más interesados en la calidez humana que en la frialdad del monumento. Y sin mostrar la alegría que sentíamos, descendimos la meseta de Giza dejando atrás la pirámide con sus enigmas, los policías con sus sonrisas y un aturdido inspector de arqueología que, seguro, pensaba que estábamos locos.

 

¿QUÉ ESTÁN HACIENDO DENTRO?


La maquinaria que encontramos justo en la entrada nos hizo sospechar que se estaban realizando prospecciones. Luego comprobamos que estaba destinada a la adecuación de los accesos turisticos.

Justo detrás de la verja que guarda su entrada, Iker y yo nos miramos cuando descubrimos un martillo neumático, marca Hilti, junto a sacos que contenían escombros de recientes perforaciones. En ese momento las evidencias indicaban que el simple lavado de cara del interior de la Gran Pirámide propuesto por Hawass podría convertirse en algo más.

El suelo estaba también salpicado por gran número de bolas de algodón cuyo empleo ya había visto en otras zonas arqueológicas. Como ocurre asimismo en España y en otros países, ciertos visitantes colocan su nombre con rotulador en las paredes de los monumentos y en árabe o en castellano la gamberrada sigue siendo la misma. Los algodones, untados de un producto llamado Magic Cleaner (solución de sal natural), son empleados para eliminar la tinta de la piedra. Los algodones de la pirámide eran lógicos, pero, ¿la taladradora... y los sacos de cemento....?

Más familiarizado con el interior de la Gran Pirámide que mis compañeros de aventura, fui recorriendo los lugares donde, a lo largo de los ultimos años se han situado los accesos a las posibles cámaras ocultas. Si los egipcios estaban aprovechando el momento para buscar esas posibles estancias ¿cuál o cuáles de tantas teorías estaban siguiendo?

Los informes de Jean Kerysel, sobre una sala junto a la Cámara del caos y un pasaje bajo el Canal Ascendente, no tuvieron eco en los arqueólogos egipcios pues tales cavidades, descubiertas por técnicas gravimétricas, no estaban siendo inspeccionadas.

Compresor instalado en la Cámara de la Reina y destinado a pulverizar un producto químico utilizado para disolver la sal acumulada en las paredes internas del monumento.

Las teorías de los arquitectos franceses Guilles Dorrnion y Jean Patrice Goidin tampoco, ya que la Gran Galería paralela que descubrieron y su cámara situada a la derecha de la Cámara de la Reina tampoco está siendo inspeccionada. Los documentos aportados por los científicos de la Universidad de Waseda, sobre un canal aledaño al pasaje horizontal y otras estancias junto a la Cámara del Rey, tampoco han merecido el interés de los arqueólogos ya que sus accesos permanecen cerrados sin la más mínima prueba de su búsqueda. Se ha prescindido de los nuevos robots ofrecidos por el ingeniero Rudolf Gantenbrink para investigar lo que pudiera existir tras la "puerta" encontrada al fondo del canal de ventilación. Ni que decir tiene que las cámaras propuestas por mí mismo no han merecido mayor crédito que las mencionadas por los investigadores anteriores y la cámara mortuoria de Keops, que sitúo tras los tapones de granito; y la Cámara del Orden, que presumo por encima de las Cámaras de Descarga seguirán estando allí intactas algunos milenios más.

 

LA OPORTUNIDAD PERDIDA


Tubo que sale de la cámara de la reina

Todo en el interior de la Gran Pirámide obedece a un típico plan de restauración, avalado por la conversación que mantuve con el Dr. Hawass, Director de la meseta de Giza. Le informé sobre nuestra visita dentro de la Gran Pirámide y le solicité datos sobre lo que habíamos visto. En primer lugar, me comentó que los canales de ventilación de la Cámara del Rey estaban siendo limpiados de la sal que cubría sus paredes. Los extractores han sido también cambiados por otros más potentes. Los sacos de cemento expansivo se utilizarían para rellenar las fallas del edificio, producto de los terremotos, grietas que se sitúan en el Canal Descendente, en el techo de la Gran Galería y en la Cámara del Rey La perforadora está siendo utilizada para agrandar el tunel de Al-Mamún y favorecer el tránsito de turistas. También para cambiar por nuevos algunos bloques de los pasamanos de la Gran Galería bastante deteriorados. Se va a dotar a todo el monumento de una nueva instalación eléctrica y cámaras de televisión conectadas a monitores, así como de ventilación a la Cámara de la Reina y a la Cámara del Caos. También se está procediendo a una limpieza a fondo del pozo que une la Gran Galería con el canal descendente, y en las Cámaras de Descarga se están retirando todos los excrementos de murciélago acumulados durante los últimos decenios, responsables del mal olor en el edificio. Es decir, un trabajo arqueológicamente correcto que será concluido e inaugurado el 1 de enero de 1999. La Gran Pirámide se vestirá interiormente con un traje nuevo para recibir al próximo milenio engalanada con los mismos misterios de siempre, con las mismas preguntas sin respuesta, guardando en sus entrañas sus más profundos secretos. Nuestra visita al interior del monumento no corrobora las sospechas de que están haciendo prospecciones aprovechando la intimidad de las obras de restauración, sino que constatamos justo todo lo contrario, que no están haciendo nada encaminado a nuevos descubrimientos. Por lo visto la arqueología, carente nuevamente de imaginación, se muestra capacitada para dictaminar que lo propuesto por numerosos especialistas que han aplicado métodos científicos de prospección no destructiva, como el empleo de la microgravimetría y las ondas electromagnéticas, no tiene valor alguno. Aunque es posible que ello sólo sea producto del miedo, del terror que pueda producirles el desestabilizar sus dogmas y la obligación que tendrían de volver a escribir la Historia. La Historia mal entendida de un monumento mal clasificado.

 

Momento en el que el inspector de seguridad abre la cancela de la entrada de la Gran Pirámide a Manuel Delgado y sus dos acompañantes, Iker Jiménez y Francisco Contreras

 


Articulo realizado por Manuel José Delgado y publicado en la revista "ENIGMAS DEL HOMBRE Y DEL UNIVERSO" en Octubre de 1998.

 

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