Poemas de Olga Luis Rivero

ASIRÉ

Este de ahora asiré,el lagarto azul,la inabarcable fuente gotea memorias que el recelo espera conservar por odio. Recuerda espacio roto de la sombra,en aquellos jardines jugó ratreante y baboso el español de rancia barba de babas rutilantes. Es aquel asco el pavor, la demencia su lenguaje. Icono del silencio. No responde el abismo,la persona enciende un farol , no por ustedes,

por los barcos ,naos y pescadores.
Insiste el mar en parodiar
pero él refleja y destella
por su vida,la torre,el farallón
amargo a la sal de la mar
repudian el pie de lo inerme

Crece el brazo de mar
y siempre en la espumosa roca
deposita el orín de lo frío
variar de la ola

¿Recuerdas arena
el pie de los niños cantantes al anochecer
solos como arena, helados de arena ,
el pie de los niños pisar
y endemoniar en nombre del rey,
que los dejen en paz?


Dormir,almorzar
aunque nada alimente
el gesto es trivial
el gran balón y la ciencia escarban
donde esv asqueroso el peso de la pezuña.

No crees ángel de mi guardia
que merezco otro reino
andar los viejos caminos
de vértebras míticas
reimaginadas trágicas


La onda en el estanque como la mejor latitud del mundo
Concéntrica, pequeña
y sólo ella en el estanque
las ramas, otro espacio por asir.
De los mares, plumas y vestidosla rueda girante,
corre ve y dile
mentira, por favor
de las estrellas en el monte
de rosas japónicas y ricas
no aspires a saber.LOS árboles viejos dan frutos

Belleza en la Palma, calor, agua,.
Mi vida asiré.


Olga Luis Rivero


ASIR

DICE AQUÍ EL ÉTER Y LOS GENOVESES MIEMBROS DE UN SUEÑO

OVALES Y ROSTROS ASIR POR DAR LA GANA. ES UN CUENTO DE LOS CHINOS,Y SABEN DISFRAZAR COMO EL ORO EN POLEN. ES VERDAD QUE EXISTE LA PRIMAVERA, ES GRANDE EL RUMOR DE LA OLA DE YERBA, HOY ES FEA LA PIEDRA UN MOMENTO

LA SED, EL ESCOMBRO Y LA DUDA APARECEN Y DEMUELE
COMO EL CARRO AZUL CELULAR
LA NOCHE, EL PRINCIPIO ASOMADO Y LA LUZ NO HA NACIDO.


BUSCARON Y ENCUENTRAN POR FIN
DE DÓNDE VIENE
LA NAVE YA ESTÁ LEJOS CUANDO QUIEREN DECIRLES.
SONES Y FIGURAS DEL MAR BAJO EL CIELO
SE ESCRIBEN Y BORRAN
EMANANTES ECOS IRREALES
AL OÍDO TAN FINO.

Olga Luis Rivero

 

VERANO

Bebiendo bajo estrellas
y las ariscas ramas de durazno
se está lejos
Verano en que los insectos suben
aprovechando que perro y gato
parecen muertos
Con una copa bajo el moteado cielo
los contornos oscuros de palmera
creciendo quieta
Los finos sonidos en la tierra sin techo
entre los hierbajos
la ropa aspira la flor del árbol
envenenado de silencio
y hojas verdes que sonríen.

1
Muy alto de azul
relincha el aire
en el monte
Amado lugar
No ser la boca
o el árbol
el pie
radiante
visaje
aunque fuera.

2
Huellas de junio
en el pecho del patio
con sombra
donde la luz enreja
Martillosa
la lira de loros
toca herrumbres
oros
de los brazos
salobres.

3
perfuma
las mejillas
recias
del seductor
sus recién
lavados atuendos
de fango
y vulgar
panorama de estrellas
cuando un monarca
y la semilla
pudren
negocios de fruta
con dibujo
pobre
en su camisa
blanca.

4
Vuelve hacia el principio
el agua de muy lejos
Quieren los pájaros
un coche amarillo
en la mañana espléndida
azul de la mano hermosa
en el espacio.

5
Rodeada de piedras y árboles frutales.
Un reino ya viejo y fresco
Asoma la brisa
la lluvia sus puntas
y yo me alegro del agua
de los aljibes y de la tierra
como del cielo

6
Alguna vez comí tierra y dulce de salvajes flores
o me sentí sirviendo café en bata japonesa
con el pelo largo sobre la espalda
La nube quieta allí densa y azul el cielo
Abajo el mar corneando las rocas
y el sonido de sus astas
silbando suave en paisajes auditivos
que suben como el ladrido de perros.
El monte, el gallo, el humo
el aroma de leña seca
hasta un oleaje naranja de fuego de almendro
escondite crujiente de hojas y polvo.

7
Saludo a los ujieres por ráfagas
a las chirriosas donnas frente al espejo
despreciables por estar allí
de buena suerte escupidas en las trenzas
Violín cerrado
alga secreta de sus cabelleras
Pasa el gato
y de su rabo caen las monedas
cascadas y cortinas de rojo alborozo
¿No es eso lo que lastima
columna salomónica atravesando la mano?
Mordida opulencia de los escogidos
Tintineos
porque entra el diablo furioso
de fajín vegetal y reclama
el algodón de los encajes y la pura miel
En el fino silencio de los comensales
estrellas de la generosidad
esbelta escultura de un lunar de plata
en la silla
Los mismos poros destellan y los jarrones
enmudecidos.

8
Gracias por el lujo
amarillo
de un abismo tan allá
aunque lejos la claridad
en las pocas cosas.

9
Bajo los árboles
pensando
siente el sol
penetrar
la espesura
de su sangre
Polen
de un lado
a otro de las flores
y el brillo
de las hojas
entusiasma
Ella no lo sabe
para sí misma
volando
para
su perro.

1O
No soñar el jardín cromático de las botellas
de abuela, el agua lux de la belleza
La paja es silencio de hombre a la luz de las
parras.
Nosotros corrimos con sacos ahorcantes
la avenida en sombraoruga
Verano; allí no muere la luz repentina
Uvas moradas, verdes que miramos surcar por
veladuras.

Olga Luis Rivero

 

 

FUENTE DE LA NOCHE


y tierra salvaje ceñida de flores
frutos

Lanzados los ojos a la nada
los labios cuelgan presintiendo
un cuerno de cólera la luz dentro de los que miran

Vive por las sombras
vive de oscuro y remoto aire
de estancadas aguas
escamas desvaídas en lo muerto
esa es la sangre
el fino paladar profundo de la raíz
Rico cuello de yugulares manchas
Espesura viscosa de un abismo negro que se estira
o se aleja

Afuera sale
a los mares

Las charcas son para su abisal corazón
remanso donde el mutismo aniquilante muestra sus colmillos
La mueca escupe donde el oro se lava
Merodeo visual
El cuerpo celebra y asegura la embarcación
la daga

Solos como alga en el fondo del mar
estar atado en el musgo
La sangre fluye entonces crujiente
en tropelía firme y lejos del jardín espectador
Atalaya roca donde rompen
las imágenes de córnea muerta
vegetal anguloso
polvo seco y aroma de astilla

Narran las manos
el azul
tiznado de las huellas canta
Aquí una mano de pasión
toca el cuerpo fajado de negros pies
Tierra, humedad de un reino
que muerde fibras verdes en su carne

Olga Luis Rivero

 

 

LA CASA NEGRA DE LA MEMORIA

Suenan los vasos y choca el brillo de los dientes
contra el cristal
El lujo de las muñecas gesticula
enjoyado alzando la mano
Adios
o el gesto que invita a sentarse
El cabello roza el collar en suaves golpes
rientes
Se busca la orilla de la boca
aprisionada desde el interior carcajea

Aquellos dedos en la copa
sin sentir frío de la mirada
de un ciego en la sombra
Valle de escote nevado con nube circular
en su cumbre


El humo expulsado
se siente
mutada plata en arandelas
Ella es la fiesta
mira mirar los perros callados
o si gozan partiendo colores

  • Olga Luis Rivero

 

Regreso al GRAN JERO

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