PINCELADAS

DE KOLIA

 

LOS MUELLES

 

Tal como decía en un artículo que escribí sobre Walt Whitman :

....El tirante que cruzaba en diagonal su camisa blanca de sólo dos botones se deslizaba con facilidad sobre su hombro.En un gesto rápido por lo acostumbrado, lo volvía a subir, mientras seguía corriendo hacia el muelle. Allí sentado en el pretil, miraba ensimismado el torrente humano... La gente que bajaba y subía de los barcos, que lloraba y aireaba sus pañuelos blanco plata en un adiós visual. los que sonreían en silenciosa mueca de fino cristal a punto de romperse ante los seres queridos que llegaban.

....Conocí los muelles de Santa Cruz paseando con un delicioso vagabundo llamado Makey y lo que más me llamaba la atención era las barcas de los cambulloneros dirigiéndose hacia los barcos en estambay y el remolino de gente en la marquesina donde el fondo azul marino hacía destacar los móviles, colores de las barcas y de los barcos.

....El muelle presentaba siempre una especial viveza, el ajetreo de la gente con ropa multicolor hacía que los colores se mezclaran en mis ojos como si estuviera ante un enorme tiovivo, que giraba sin cesar.

....Los rayos solares se refractaban en el mar y rebotaban en las montañas de Anaga para pincelar el muelle,la plaza de España, la plaza de la Candelaria y todas las casas con sus floridos balcones y unas calles más allá también a la iglesia de la Concepción al hospital viejo,edificio neomodernista obra del arquitecto Manuel de Oraá.

....Un muelle tan limpio que los chiquillos nos bañábamos el él. Los domingos el paseo por el dique era uno de los entretenimientos preferidos por los chicharreros.

 

LA PRIMERA PALABRA AMETRALLADA

  ....Quizás tuviese ocho años, cuando caminaba hacia lo que llamábamos fábrica de Coca-Cola, llevaba pantalón corto beig, camisa azul falange, lonas blancas, en la cabeza hasta tapar las cejas un bombín negro de cartón y en la mano un alambre curvado que dirigía mi aro de hojalata.

....Frené primero bajo las bugambillas de doña Tin para pedirle que me dejase pasar al patio y coger pitangas que ya debían de haber pasado de un agrio naranja al dulce rojo sangre. Luego, aún con la boca llena de tan singular sabor continuaba hasta el almacén de la cochinilla y allí me quedaba extasiado durante un rato, luego seguía y cuando llegué al muro trasero vi algo que sin saber porqué me estremeció de miedo, sin embargo aquella palabra hendida por las balas hasta formar un bajo relieve salpicadas por ribetes de pintura negra, quedó impresionada en mi mente como lo artístico matérico expresado no como escultura sino como suceso creativo provocado por motivaciones antagónicas.

....Tal podía sugerir El 2 de Mayo de Goya, una arpillera de Manolo Millares o un jeroglífico de Tapies. Años más tarde leyendo a Kandisky subrayé esto en lo técnico y en lo espiritual. La palabra ametrallada era libertad, palabra que yo entonces sólo entendía por instinto.

Nicolás Rodríguez KOLIA

 

LAS CIUDADELAS

  .....Las ciudadelas y comboyes eran especialmente coloristas con sus patios llenos de variedad de plantas y de flores. Había una en especial por la que yo solía ir mucho a ver a mis amigos Marcos y Luisita y fue justamente en ella en donde se produjo uno de los recuerdos imborrables.

.....Sucedió una noche en que la habitual quietud y silencio quedó hecha añicos por un trasegar de ruidos inusuales que despertó hasta a la abuela con su conocido sueño imperturbable. Todos habían salido ya cuando llegué a la puerta, miré hacia abajo donde todos corrían con cubos llenos de agua.

.....En esos breves segundos se produjo la visión que no solo marcó inexorablemente mi memoria sino que vino a confirmar que mi sentido estético, la importancia que yo daba a la belleza, aquello que mayor placer producía a mi mente a través de los ojos estaba unida a mi escala de valores y en ella la solidaridad ocupaba y ocupa el primer puesto. Esta extraña mezcla entre lo ético y lo estético tan difícil de dilucidar con el tiempo iría constituyendo el lenguaje total a través del cual quería, quiero significarme.

.....Corrí calle abajo y antes de llegar, ya Luisita, sólo arropada por un falso gritaba en medio del sollozo un desgarrador: " se me quema mi casita". Quedé paralizado no tanto por el sonido como por la imagen. Aquellos cuatro huesitos y cara bonita que eran Luisita, con la luz del fuego a su espalda y su cuerpo envuelto en humo, detuvo el tiempo y congeló para siempre esa imagen fundida en mi sentimiento. Luisita vivía en el fondo de la ciudadela y el fuego no llegó a pasar de allí porque pronto fue apagado.

Nicolás Rodríguez KOLIA

 

UN RECORRIDO POR 30 AÑOS DE CARTELES DE CARNAVAL LAS FOTOS DEL VIEJO AMOR

  .....Antes que la romana nave de la carne atracara en el muelle de la Humanidad, los griegos escenificaban la danza del macho cabrío, con las tres conocidas máscaras (apatía,alegría y tristeza) a las cuales llamaban personas,hecho que luego serviría a Freud para desenmascarar el carácter de la persona.

.....En 1962, la única carne permitida por estos lares era el sagrado matrimonio, o la que se escaseaba en los calderos. Por eso aquí se llamaron Fiestas de Invierno. La rígida cuerda de la censura aflojaba a medida que los años iban pasando, haciéndose notar en el trabajo de los artistas.

.....Es ya viejo el hecho de que el Carnaval ha calado hondo en esta tierra, convirtiéndose en una de sus más populares fiestas. La forma en que un pueblo expresa sus alegrías es también la manifestación de su inquietud creativa.

.....Es por eso que el cartel anunciador debería ser la síntesis que de ello hace el autor acreedor del premio que se convocaba o el elegido para la ocasión.

.....Veamos si es así.

Nicolás Rodríguez KOLIA

 

EL SUEÑO DE LOS SIGLOS DUERME SOBRE UNA ARPILLERA

  .....Ocurrió en 1954. Estaba a la entrada sobrecogido, sintió frío a pesar de que aún le daba el sol en la espalda, reflejando y alargando su silueta oscura sobre cadmios del suelo de la cueva, el negro total en el techo y un blanco brumoso en la atmósfera.

.....Sin saber por qué se arrodilló y besó la tierra. Fue entonces cuando se percató de las momias guanches del fondo por las que seguía saliendo el rojo. Arropándose con una arpillera descendió del silencio sepulcral hasta la playa y allí se acercó la caracola a la oreja, oyó una voz que repetía incesante: vacaguaré, vacaguaré... la arrojó al mar.

.....Cuando volvió al estudio miró absorto durante horas sus pictografías inspiradas en los petroglifos; luego los arrinconó. Estiró cuanto pudo la arpillera hasta provocarle desgarres, rotos que cosería para volver a romper y volver a coser, le sacó jirones que remendaría con gruesos zurcidos, la mortificó con violencia hasta el martirio, la pintó con los colores que aún recordaban sus ojos, dando sublimidad a los humildes materiales, convirtiéndolos en sagrados sudarios del siglo pasado.

El mensaje que debía transmitir no le permitía ser formalista figurativo, tenía que ser descarnado y profundo, es decir, matérico. Llegó pronto a los pintores de la época, ejerciendo la influencia de su mensaje en la fundación del grupo El Paso. Proyectó internacionalmente aquella voz de la caracola que tanta inquietud había provocado en su alma.

Así lo descubrió en El homúnculo en la pintura actual o en Destrucción-construcción en mi pintura, como sombrajos de redención. El tiempo, factor humanizado,fue es el compañero invisible de su obra, es decir, elegía materiales impregnados de carácter, que él aumentaba. Simplificó aún más la gama cromática a aquellos colores que encontró aquel día, en la cueva funeraria.

Pintaba como un iluminado que debe transmitir con urgencia el sentir de un pueblo que fue diezmado. Obtuvo premios en bienales internacionales y a él le debemos-entre otras muchas cosas- el hecho de que una pintura netamente canaria enriquezca el patrimonio artístico de este planeta, siendo considerado en la actualidad -20 años después que un maldito tumor cerebral acabara con su vida, a la edad de 46 años, en plena ebullición creativa- como el más importante pintor informalista.

Tratar de plantear ahora la indagaciones sobre las influencias que otros pintores ejercieron en él, es un trabajo extenso que no encaja en la intención de este escrito. Sólo destacar las influencias naturales de sus amigos más próximos y -por similitud dramática- la del pintor noruego Edward Munch. Más lejanamente, pero no con menos virulencia, la de Francisco de Goya. Su obra cargada de amargura pero también de esperanza, viaja por todo el mundo. Pero yo estoy seguro que su espíritu reposa plácido junto a nuestros muertos en aquella cueva funeraria ,confeccionando sobre arpilleras el sueño de los siglos.

Nicolás Rodríguez KOLIA

 

DE LA COCHINILLA AL "SPRAY"

  ....La aportación que con esto pretendo es meramente vivencial, es decir, que los archivos a los que recurro son los de mi propia memoria, en la que no hay otro documento que los de mis recuerdos.

....La aportación, pues, es la que pueda dar un pintor de su ciudad a través del color. Por ello, debo empezar diciendo que la primera visión que tuve de Santa Cruz fue nocturna, debido a que de pequeño solía pasar largas temporadas en Valle de San Lorenzo y los regresos, dado que allí no había luz eléctrica, comenzaban muy temprano aprovechando los primeros rayos solares.

....Primera Visión La carretera llena de curvas y las eternas paradas en cada pueblo, hacían que la llegada siempre fuese cuando el sol llevaba ya un tiempo oculto. Mi bisabuela, que me llevaba en su regazo, me decía:"Mira Nico:llegamos a Santa Cruz".

....No hubiese sido necesaria su advertencia, pues yo llevaba los ojos desorbitados pegados a la ventanilla de la guagua y mirando las espigadas piras que eran para mi los mecheros de la Refinería. La llama del más alto daba justo bajo la luna llena. Desde la perspectiva en que yo las miraba (llama y luna) eran la sola e indisoluble visión de la danzarina de ondulante cuerpo vestida con tules y sedas rojas, naranjas, azules, malvas, púrpura y turquesa,de manera que le dije a mi bisabuela:"Mira abuelita: ya sé de dónde sale la luna cada noche". Mi bisabuela sonrió y me mandó a callar.

....En silencio, me hice mi propia composición de los hechos: La luna era una ofrenda de los canarios hacia su cielo, un pan que a veces salía chamuscado... Luego veía las luces artificiales. Aquellas, ámbares de bombillo de pera,mezcladas con algunas blancas difusas, eran para mis ojos un festival de colores distintos con esfumatos de nocturnidad que desarrollaban historias donde los personajes eran manchas de luces y sombras.

....Yo venía de un lugar donde las casas estaban separadas por al menos un par de huertas y esta aglomeración de casas hacía aparecer ante mi vista una inmensa pantalla en la que las bocacalles marcaban la secuencia. Las puertas y ventanas se metamorfoseaban en extrañas formas.Luego,en proximidad con un iluminado escaparate, retornaban a su antigua forma y volvían a su quietud de madera para dejar que el escaparate fuese un pequeño teatro donde los zapatos bailaban a un ritmo distinto en una danza macabra que intentaba romper sin herir el silencio de una ciudad plácidamente dormida.Finalmente, llegaba a la calle Serrano del barrio Duggi, donde viviría hasta ahora. Color denso y vigoroso

....Para reflejarles mis primeras impresiones de un barrio de Santa Cruz,podríamos recurrir a un texto que escribí a propósito de una exposición de Eduardo Camacho: ...."Serían las doce de una noche malva. Un grillo cantaba bajo una tulipa de latón pintado para que tardara más en oxidarse La rebeldía como experiencia Más tarde fui conociendo otros barrios de Santa Cruz y comprendí la unidad de estilo en la diferencia de sus distintas membranas cromáticas. Quedaron reflejadas en un artículo que escribí sobre el "Grupo Salvaje" y que también nos puede servir para completar esta acuarela urbana: "

Nicolás Rodríguez KOLIA

Los olores del color

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.....Uno de los recuerdos más importantes para mí se produjo un día en que estaba jugando con mis amigos a la pelota de trapo. Esta salió lanzada lejos y fui a recogerla junto a la puerta de un alto y estrecho edificio que con el tiempo quedaría sellado para albergar más tarde la nueva iglesia del barrio,en honor a María Auxiliadora. Justo cuando ya tenía la pelota en mis manos, me llegó un olor muy particular que procedía de unas puertas más abajo.

.....Me quedé paralizado sin poder oír siquiera a mis amigos que se quejaban de que no les pasase la pelota. ¡Dios,aquel olor! ¡El que perfumaba mi alma con olores que tenían color! Sin duda, era la cochinilla. Mis amigos me dijeron que era allí donde la compraban y la almacenaban hasta que los barcos se la llevaban no sabíamos adónde.

.....Aquella noche no pude dormir pensando en ella: la crisálida que albergaba la alquimia del color. Comprendí que ella,la humilde y sencilla cochinilla, poseía la escencia del secreto de todos los colores de Canarias. Y así fue como a través de ella comprendí e interpreté el cromatismo que había visto y que vería en Santa Cruz.

.....Más tarde supe la importancia que tenía en el aspecto económico. Que durante mucho tiempo había sido estabilizadora de los ingresos y gastos de las Islas. Supe, por ejemplo, que la casa Martini la usaba para dar color a su famoso "vermouth" desde hacía varios siglos y, entre otras, muchas marcas de reconocidos perfumes, sedas naturales y otros productos exquisitos.

.....Una anécdota que me llamó mucho la atención me la contó un amigo erudito en la materia, en torno al descubrimiento de dos nuevos colores de la cochinilla, muy usados en la fotografía y en las artes gráficas y plásticas en general:el "magenta" y el "cyan", que fueron descubiertos por un químico alemán que en principios quiso bautizarlos con los nombres de "teide" y "drago", pero que asesores comerciales le aconsejaron que pusiese los nombres que ahora llevan por ser dos ciudades famosas en aquellos tiempos, en las que Napoleón obtuvo dos sendas victorias.

Nicolás Rodríguez KOLIA

 

Luces de neón

  .....La zona del cine "Greco", a excepción de dicho edificio, que permaneció con su estructura desnuda durante muchos años, eran solares que los niños habíamos convertido en campos de fútbol.

.....Una tarde de tantas, después de terminar el partido, nos bañamos en la charca como siempre. La broma generalizada era mojarnos la ropa. Luego, para que nuestras madres no se enteraran de nuestras travesuras, bajábamos corriendo desnudos y descalzos,con las lonas amarradas al cuello y la ropa en las manos para que se secara antes de llegar a casa.

.....Pero la tarde nos reservaba una sorpresa:bajábamos, y al llegar al puente de Asuncionistas, el "quasioscuro" habitual de pronto se disolvió en una luz extraña por nueva que cegó nuestros ojos. No entendíamos nada. Mientras mirábamos nuestros cuerpos desnudos, nos pusimos la ropa rápidamente como -y nunca mejor dicho- iluminados, empezamos a correr.

.....Aquello había trastocado nuestros esquemas infantiles. Era como estar en otro sitio. Fue, como diría Carlos Castañeda, una realidad aparte. Para mí, aquella nueva luz producía un aspecto que danzaba alocadamente en mi cabeza, produciendo un vértigo de placer inusitado.

.....Cuando ya no pude correr más, pues mis pulmones estaban a punto de reventar y mi corazón había alcanzado la velocidad de una liebre, me tumbé de bruces en la acera con los brazos y las piernas abiertas y una sonrisa de lado a lado de la cara dirigida a quién había provocado aquel insólito fenómeno.

.....Entonces abracé la luz y di vueltas en la acera mientras reía y lloraba de alegría.

Nicolás Rodríguez KOLIA

 

Regreso al GRAN JERO

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