Los condenados a muerte por el Estado de Derecho

Relatos que ponen la piel de gallina podríamos numerar muchísimos sobre la vida en las prisiones del Estado español. Pero este no es el caso que nos ocupa, tal vez en otra ocasión.

Este escrito no quiere ser más que una llamada de atención sobre la constante violación de los derechos humanos en las cárceles del Estado español. Las prisiones, o campos de concentración, se reparten a lo largo de la geografía de este Estado tan de "derecho" y "democrático", las prisiones son centros de acumulación de "escoria" al más puro estilo nazi, son los condenados a muerte por el sistema.

Instituciones Penitenciarias y su política fallan por todos los lados, hasta la O.N.U. les ha tenido que "llamar la atención" en el tan acallado informe sobre las torturas y violencia en varios casos de detenciones en 1994.

Instituciones Penitenciarias han fallado en varios puntos de su política: la reinserción, el Art. 60 y la dispersión; por citar los más graves y pasando por encima el tema del SIDA, del tráfico de estupefacientes_ que no son menos graves. El fin último de la política penitenciaria es el de la reinserción y ha fallado hasta para con los/as presos/as sociales, y el que no se lo crea que observe las estadísticas de "reincidentes" que actualmente cumplen condena.

Han educado a la sociedad para la discriminación, por sexo, por raza, por cultura, por política_ y como no, por haber pasado por prisión, quien tampoco se lo crea que busque un trabajo diciendo que ha cumplido condena, y si no se muere de hambre será de higiene.

Hablando de reinserción, no podemos olvidar que no sólo los/as presos/as políticos/as son los que no aceptan el juego de dentro de la cárcel también están los llamados F.I.E.S. (Ficheros de Internos de Especial Seguimiento).

Los F.I.E.S. son los/as presos/as sociales "muy peligrosos", suelen ser personas con amor propio y orgullo que tampoco acceden a entrar por el aro de Instituciones Penitenciarias. Este año, uno de esos "inadaptados" se ahorcó en Jaén-II, se llamaba José Luis y tenía poco más de 20 primaveras, pero, tal y como dejó escrito él mismo, no aguantaba más la situación de violencia hacia su persona y se quedó en el camino. A raíz de este hecho, varios sectores populares levantaron la voz y sus compañeros F.I.E.S. se declararon en huelga de chape (no salir para nada de su celda).

El Art. 60 es el colmo de las violaciones de los derechos humanos, sólo se aplica horas antes de que el cuerpo del reo se desplome en un ataúd. El Art. 60 es algo así como la solución para que el número de presos/as muertos/as en prisión no sea tan elevado.

Hay que terner en cuenta que el Estado español tiene una población reclusa de 60.000 personas, unos 120 presos por cada 10.000 habitantes. Si a esto le añadimos el negocio que hacen unos cuantos traficando en estos centros de exterminio para alienar el espíritu de rebeldía del reo, sacarse un sobresueldo y de paso contribuir al descenso de presos gracias a la constante amenaza del SIDA.

 Lo más curioso del Art. 60 es que para los presos/as políticos/as no existe, mejor dicho no se aplica, de esta manera servirá de escarmiento para los que sobreviven tras años y años de encarcelación (varios casos de 17 años, 16 años, 15 años_).

La dispersión es la gota que colma el vaso, aislar a la persona, alejarle de los suyos, de su tierra, parece ser la solución para el Estado español, a pesar de que por ley debes cumplir tu condena allí donde la lías.

Con la dispersión consiguen que disminuyan las visitas y se pierda la correspondencia, principales sostenes morales de los presos/as políticos/as. Si además de todo lo anterior, añadimos la dispersión como tortura psicológica obtendremos una respuesta: la huelga de hambre de mil presos/as políticos/as que han expuesto su salud y su vida, para intentar hacer ver al Estado español que está violando descaradamente sus propias leyes. Pero este Estado es demasiado frío para reconocer el fracaso total de su sistema, un claro ejemplo sería José Manuel Sevillano, muerto en mayo de 1990 tras 177 días en huelga de hambre, él era un condenado a muerte. Morir para sobrevivir.

�Cuántos presos y presas independentistas vascos y gallegos (actualmente en huelga), antifascistas, autónomos, libertarios e insumisos deberán morir en esta huelga de hambre para que el Estado español y sus politicuchos (responsables y guías de Instituciones Penitenciarias) reconozcan los derechos humanos y sus propias leyes para con los/as presos/as políticos/as?

Colectivo Presos/as Políticos/as Libertad (Burgos)




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