Corridas
La Torotura Nacional
Cada a�o, miles de toros son torturados hasta morir y cientos de
caballos son atrozmente mutilados en el mayor contexto de crueldad jam�s orquestado en un �mbito
cultural. La propaganda taurina, financiada por el dinero de los contribuyentes, por
subvenciones desviadas y por los derechos de retransmisi�n de las cadenas de televisi�n que las
han vuelto a poner de moda, basan la necesidad de este holocausto en cuatro afirmaciones:
Sin Corridas no habr�a Toros. �Falso!
El toro ib�rico ha existido desde siempre. En tiempos remotos, los ritos inici�ticos de culto
al toro distaban mucho de las pr�cticas taurinas de hoy.
Las corridas tienen su verdadero origen en las pr�cticas militares de las maestranzas
en las que se adiestraban a los soldados para la guera haci�ndoles practicar la lanza con
el toro. Para paliar el peligro que corr�an jinetes y caballos se contrataron mozos
equipados con trapos cuyo cometido era distraer al toro.
La llegada de Felipe V, contrario a las pr�cticas taurinas, alej� a los nobles del
alanzamiento de toros pero los mozos siguieron mostrando sus habilidades en algunos
pueblos a cambio de dinero. De hecho, hasta finales del siglo XVIII las corridas no
gozaron de popularidad. La primera plaza de toros no fu� construida hasta 1749 �poca en
la cu�l la Inquisici�n se muestra m�s poderosa y multiplica los autos de fe. Torturas y
ejecuciones humanas y animales estaban a la orden del d�a. A� as�, lo que interesaba
era la muerte del toro y la faena era muy corta. La mutilaci�n sistem�tica del toro
s�lo empez� m�s tarde.
Sin corridas no habr�a ganaderos de toros de lidia ni toreros pero afirmar que no habr�a
toros equivale a decir que sin cazadores no habr�a perdices o que no existir�an elefantes
sin el negocio del marfil.
Las Corridas son Arte y Cultura. �Falso!
Curiosamente, el innovador Carlos IV prohibi� las corridas mientras que Fernando VII,
aquel que cerr� las universidades y prohibi� la Constituci�n liberal, volvi� a
permitir las corridas y bajo su reinado se abri� la primera escuela de tauromaquia en
Sevilla...
En 1980, la UNESCO, m�xima autoridad mundial en materia de cultura, ha emitido su
dictamen al respecto:
"La tauromaquia es el malhadado y venal arte de torturar y matar animales en
p�blico y seg�n unas reglas. Traumatiza a los ni�os y los adultos sensibles. Agrava el
estado de los neur�patas atraidos por estos espect�culos. Desnaturaliza la relaci�n
entre el hombre y el animal. En ello, constituye un desaf�o mayor a la moral, la
educaci�n la ciencia y la cultura."
La cultura es todo aquello que contribuye a volver al ser humano m�s sensible, m�s
inteligente y m�s civilizado. La crueldad que humilla y destruye por el dolor jam�s se
podr� considerar cultura. Precisamente por ello, los toreros y sus cuadrillas suelen
provenir de las capas m�s desfavorecidas de la poblaci�n donde la incultura es
mayoritaria. La cultura de la crueldad cono la cultura del dinero no tienen nada que ver
con La Cultura.
El Toro no Sufre. �Falso!
Si un insecto se posa en un toro, �ste lo espanta inmediatamente demostrando as� la
extremada sensibilidad de su piel. Por otro lado, si un ser no sufre, de nada sirve
"castigarle". El sufrimiento es un medio de coacci�n bien conocido. Sin dolor,
la tortura no tiene efectos. Si el toro no sufre, huelgan todas las torturas a las que le
someten:
La pica o puya acaba en una punta de acero de unos 14 cm de largo que
debe penetrar s�lo 3 cent�metros a la altura de la cruz. En la pr�ctica, los picadores
aumentan la penetraci�n que puede llegar hasta 9 cm, llegando a perforar el pulm�n, lo
cual provoca una hemorragia que limita la capacidad del toro.
Las banderillas son agilados harpones de 6 cm a 8 cm que los banderilleros clavan, en
n�mero de 4 a 6 cerca o dentro de las heridas del puyazo. Estos harpones tienen la
facultad de actuar como palanca a cada movimiento del toro oradando y desgarrando todos
los m�sculos del cuello.
Cuando un torero se "arrima" no es por amor al arte -constituye incluso un
error- sino que pretende enganchar las banderillas para acentuar el efecto palanca y
aumentar la hemorragia iniciada por el picador. Los pases de muleta tienen como �nica
finalidad marear y agotar al toro hasta que baje la cabeza lo suficiente para poder
matarle.
Se mata al toro clav�ndole una espada entre las vertebras del cuello para llegar al
coraz�n y fulminarle. Esto no ocurre pr�cticamente nunca. El toro malherido en un
pulm�n, una arteria o el coraz�n, agoniza gimiendo lastimosamente y vomitando sangre.
Debe ser rematado con la puntilla, un pu�al corto destinado a seccionar la medula
espinal, lo cu�l, supuestamente, acaba con el sufrimiento del animal. Esto tampoco ocurre
as� y el toro queda paralizado pero consciente durante todo el proceso de arratre y
posterior despiece.
Varios veterinarios, entre ellos un titular de la Plaza de las Ventas y de Colmenar
Viejo, han denunciado que adem�s de las lesiones m�ltiples recibidas durante la faena o
de la conocida pr�ctica del afeitado, el toro padece secretas manipulaciones previas
destinadas a envalentonar a los mansos (aguarr�s en las pezu�as, alfileres en los
genitales) o debilitar a los bravos (purgas con sulfato de sosa, sulfato de paralizante en
los ojos y algod�n en la garganta).
Finalmente, diversas autopsias y an�lisis veterinarios practicados en toros despu�s de
lidia demuestran que m�s del 48% de ellos sufr�an enfermedades como Tuberculosis,
Nefritis m�ltiples, Echinococosis de h�gado e intestinos, Pleuroneumon�as, Pleuresias y
Peritonitis, entre otras.
Muchas Familias Honradas viven de Las Corridas. �Falso!
Despu�s del reparto millonario entre ganaderos, empresarios y toreros, los dem�s
trabajadores malviven con sueldos m�seros que no incluyen cobertura social. En 1993, este
gremio reportaba 16.000 empleados, pero la Seguridad Social s�lo registraba 3.000.
De los toros s�lo vive bien una minor�a.
El toro, animal emblem�tico de Espa�a y s�mbolo de bravura y fuerza merece otro
destino que el que le reserva el negocio taurino.
Alternativa Liberaci�n Animal
No Te Manches de Sangre
Rechaza la Crueldad de los Ignorantes
LA TORTURA NO
ES ARTE NI
CULTURA