POESIA

Amado Nervo


Siguiente poesía



En paz


Artifex vitae, artifex sui

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino
que yo fuí el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fué porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales coseché siempre rosas.

...Cierto, a mis lozanias va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que Mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas ...

Amé, fuí amado, el Sol acarició mi faz.
¡Vida nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!












Si Tú me Dices: ¡Ven!

Si Tú me dices: ¡Ven!, lo dejo todo ...
No volveré siquiera la mirada
para mirar a la mujer amada ...
Pero dímelo fuerte, de tal modo

que tu voz, como toque de llamada,
vibre hasta el más íntimo recodo
del ser, levante el alma de su lodo
y hiera el corazón como una espada.

Si Tú me dices: ¡Ven!, todo lo dejo...
Llegaré a tu santuario casi viejo,
y al fulgor de la luz crepuscular;

más ha de compensarte mi retardo,
difundiéndome, ¡oh, Cristo!, como un nardo
de perfume sutil, ante tu altar.



Indice

Hosted by www.Geocities.ws

1