|
Actuar de corazón
Todos, dentro de nosotros, tenemos una serie de conocimientos, unas ideas, pero a muchos nos cuesta decir voy a andar y a hacer frente a lo que realmente pienso de las situaciones, a valerme por mí mismo.
Siempre nos ha dado miedo el qué dirán los demás, qué es lo que pensarán sobre nosotros y con estas excusas nos escudamos y continuamos igual, sin ser nosotros y perdiendo oportunidades que nos brinda el Padre para que actuemos, podamos progresar y avanzar seguros.
No hace falta tener muchos conocimientos para saber cómo debemos actuar en cada momento y saber ser nosotros, lo único que hemos de tener en cuenta es querer hacer las cosas bien, sintiendo en todo momento que lo que hacemos es lo que verdaderamente sentimos y queremos, sin acobardarnos, sin avergonzarnos, sin tener miedo, porque si las cosas las hacemos de corazón y vemos que tienen sentido no puede haber nada material que nos impida realizarlo.
Lo que demos tener siempre presente es el encontrarnos a gusto, el tener las ideas claras y esto suele ser lo que nos frena más... Al principio porque dudamos, estamos confundidos y no sabemos en quién confiar para pedir opinión y coger fuerza, así que nos callamos e intentamos llamar la atención lo menos posible, seguimos a los demás y olvidamos ser uno mismo; o incluso estamos incómodos continuamente y optamos por la opción de aislarnos y buscar soluciones por nuestra cuenta creyéndonos autosuficientes, cerrando las puertas a aquellos que intentan ayudarnos porque ven en la situación en la que nos encontramos. Llegamos a pensar que si lo estamos haciendo mal es porque nos lo hemos buscado y que es la única manera de aprender, porque si nos dejamos guiar por los demás creemos que no tenemos personalidad, vemos que seguimos las opiniones de otras personas y como dudamos que eso sea lo que verdaderamente queremos lo hacemos mal y culpamos a los demás por orgullo y acrecentamos nuestra autosuficiencia para conformarnos y justificarnos aún más.
Con miedo e inseguridad no se llega a ninguna parte, escondernos o pensar que no podemos hacer lo que realmente queremos, eso no nos sirve, todo en esta vida tiene un porqué y un para qué y las casualidades no existen. Todos hemos venido a realizar un trabajo espiritual y podemos llegar a las metas que nos planteamos, comprendiendo que si nos despistamos o perjudicamos en ese camino que tenemos que recorrer, más difícil será nuestra llegada, porque más duras serán las pruebas a las que tenemos que hacer frente. Aunque nosotros aquí y ahora nos mareemos en buscar excusas tontas para justificar nuestros actos erróneos, a la hora de la verdad, allí arriba (en el mundo espiritual), nada podrá defender lo que hicimos mal y entonces nos arrepentiremos y nos veremos entorpecidos por no haber optado por la opción más fácil: actuar de corazón.
Debemos saber si algo está bien a la hora de actuar, sin dejarnos influir por lo que puedan pensar los demás, o si nos miran para criticarnos o para admirarnos, eso lo tenemos que olvidar y tener sólo presente que lo primero son los sentimientos y el cariño con el que hacemos las cosas y que todo lo demás es materialismo que nos perjudica.
Pensamos que es difícil porque cada día las pruebas que se nos presentan son más duras y que nosotros somos débiles y nos dejamos arrastrar, pero debemos coger fuerza y seguir nuestros ideales e intentando, cuando podamos, que la gente de nuestro alrededor también se dé cuenta que con las cosas materiales que nos rodean no es tan bonito vivir, que existe algo más, que hay un mundo espiritual, que no es nada raro ni extraño conocerlo, que si se quiere realmente aprender y hacer que nos sirva en nuestra vida diaria veremos que consiste en una serie de leyes que sabiendo analizarlas bien nos dan grandes explicaciones y nos ayudan mucho a progresar de un modo más fácil.
Todos debemos analizar lo que hemos estado haciendo hasta ahora y ver los fallos cometidos y arreglar todos aquellos que podamos, además de esforzarnos cada día en no volverlos a cometer, ni crear ninguno nuevo que nos perjudique. Debemos hacer las cosas bien y no dejarlas ni a medias, ni hacerlas mal, hemos de hacer frente a todo lo que se nos presente, primero estudiándolo, comprendiéndolo y luego actuando conforme nos dicta el corazón y si se nos presentase alguna duda o necesidad de comentarlo para obtener la opinión de alguien en quien confiamos, acercarnos a esa persona sin miedo a valorar esas explicaciones que veamos que nos pueden ayudar más, estudiándolas y realizándolas por nosotros mismos, convencidos de que es porque queremos actuar así y no porque nos lo hayan dicho.
La confianza en uno mismo, el saber lo que queremos de verdad y el sentirnos a gusto con nuestro interior y con las demás personas que nos rodean, son sentimientos importantísimos en nuestra vida y son los principales para saber cómo debemos actuar en cada momento sin miedo.
B.S.S.