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Editorial


AMOR HUMANO Y AMOR ESPIRITUAL


Intentar definir el concepto de "AMOR", desde la perspectiva espiritual es tarea difícil por no decir imposible. El Amor Espiritual es la gran ley que rige el proceso evolutivo de los seres humanos, y como tal ley universal, ha sido creada por Dios, es perfecta y absolutamente justa.

Al igual que los conceptos absolutos que emanan de todas las leyes divinas, el Amor no podemos comprenderlo en toda su profundidad y alcance, pues, como seres limitados e imperfectos que todavía somos, nuestra percepción del Amor Divino es igualmente limitada y estrecha.

No obstante, sí podemos ir descubriendo el Amor espiritual en la misma medida en que vamos evolucionando, pues este sentimiento es directamente proporcional al grado moral y evolutivo del espíritu humano. A mayor evolución, mayor percepción y com prensión del Amor Divino.

Cuando intentamos comparar el Amor material o humano con el espiritual, quedamos atrapados por la cortedad de miras que nuestras propias debilidades nos imponen. El Amor de una Madre por un hijo, aunque representa la abnegación y el sacrificio, no puede igualarse siquiera al Amor Divino.

En muchas ocasiones el Amor maternal se vuelve egoísta y posesivo, aspectos de los que carece por completo el Amor Espi ritual. Al igual que el Amor materno, la misma comparativa puede servirnos en relación con el Amor conyugal, que a veces se torna dominante y no respeta por completo el libre albedrío de la pareja.

Todas las clases de Amor Humano que podamos imaginar, poseen rasgos de la esencia que integra el Amor Divino; estos rasgos se hacen más fuertes y patentes cuando la persona que ama llega a una total renuncia y sacrificio de sí misma por el sentido de servir a los demás.

Aspectos como la abnegación, el altruismo, la caridad, el pensar en los demás antes que en uno mismo, el sacrificio por nuestros semejantes, la renuncia a nuestros egoísmos particulares por beneficiar a nuestros hermanos, etc., son elementos claves e importantes que marcan a las claras algunas de las características que debe poseer el Amor verdadero.

Hasta tal punto se utiliza frívolamente la palabra Amor que, hoy en día, es entendida por muchas gentes como el simple acto de relación sexual entre una pareja. Siendo como es a veces, no siempre, esta relación, como una expresión más del auténtico sentimiento de amor conyugal que se profesan dos seres humanos.

El Amor Humano está pues limitado y reducido a nuestro nivel evolutivo y moral; a pesar de ello, este constituye las primeras manifestaciones de lo que posteriormente, con el paso de la evolución espiritual, podrá convertirse primero en un Amor Fraterno para desembocar en el Amor Espiritual auténtico que todo espíritu alcanzará con la perfección.

Este Amor Fraterno al que aludimos, será la base de relación y comportamiento que todo ser humano deberá alcanzar en la nueva humanidad. Un Amor limpio, sin intereses innobles, un amor desprovisto de dominio y egoísmo; en definitiva, un Amor de respeto profundo y afecto sincero que contribuya a crear el clima idóneo de relación social que permita la instauración de un nuevo ciclo evolutivo en nuestro planeta.

El más grande Amor Espiritual que podamos contemplar es la fuerza divina que impulsa la creación del Universo y de todo lo que en él habita; esta fuerza divina, Amor sublime, perfecto y eterno, emana de Dios constantemente, y a través de su fuerza articula las leyes universales, físicas y espirituales, está en constante evolución y creación y a través de él hemos sido creados eternos y destinados hacia la perfección.

Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la Creación Universal es, por encima de todo una obra perfecta, una OBRA DE AMOR; donde Dios ha manifestado su deseo de compartir con otros seres, creados a su imagen y semejanza, un destino pleno de vida y de felicidad.

A.LL.F.