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¡Despertar corazones al aire,
susurrando un mensaje de paz,
que hay rincones que inquietos no saben,
que ha llegado por fin Navidad!
¡Encender una luz en sus almas,
una chispa de bella ansiedad,
que les cubra de dulces palabras,
proclamando la misma verdad!
Que en el mundo no exista distancia
bajo el mando del mismo destello,
que es el mismo calor que nos habla,
y es el mismo fulgor en el Cielo.
¡Qué es hermoso vivir estas fechas
un instante de felicidad,
la humilde emoción de un poema,
que nos haga de nuevo soñar!
Sin rencores, ni lujos, ni razas
que sean dueñas de nuestro presente,
donde no hayan distantes miradas,
que nos hagan creer diferentes.
Que ha nacido feliz El Mesías
en la cuna de nuestros anhelos,
caminemos por ver cada día,
que perdura su tierno recuerdo.
Que en el árbol del amanecer
brota ardiente una estrella querida,
y tres reyes con limpio desdén
nos regalan sus francas sonrisas.
Ya resuena el clamor de sus voces
villancicos de eterna añoranza,
ya renacen nuestras ilusiones,
desde el fondo de cada nostalgia.
Ya no hay llantos que manchen la dicha
de enlazar nuestras trémulas manos,
imploremos un canto a la vida,
donde no haya horizontes lejanos.
Que ya todos estamos rendidos
al extraño poder de esta magia,
que nos hace mostrarnos más vivos,
labradores de una misma causa.
¡Despertar corazones al aire,
y ofrecer nuestros logros sinceros,
que hay momentos que son entrañables
si se saben sentir desde dentro!
Que ya tienen sus puertas abiertas
en el reino de la Navidad,
escapar de esa ingrata tristeza,
que no es tarde, tal vez, para amar.
Que hay una Navidad siempre,
en cada unión que nos llama
para no seguir ausentes
a la luz de la esperanza.
E.M.V.