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El Dominio de la Materia


Deficiencias físicas y morales (II)


En el artículo anterior comentamos cuales eran algunas de las deficiencias físicas que puede tener la materia y el porqué de ellas. Ahora hablaremos de las deficiencias morales que posee el espíritu y que las pone de manifiesto a través de la materia.

Como ya sabemos, la mente psíquica es la que permite recibir al espíritu todas las manifestaciones del plano físico, además transmitir todas sus sensaciones a la personalidad. A la vez, hay un cuerpo sensorial y emocional que permite transmitir a la materia todas las sensaciones que recibe del espíritu. Estos son dos aspectos de la personalidad que tienen como misión poner en comunicación la parte física con la espiritual. Y la estrecha relación que existe entre ambos es el motivo por el cual muchas veces no sabemos distinguir cuales son las debilidades de la materia y cuales del espíritu.

En el artículo anterior vimos como la materia no es perfecta, puede tener taras y algunas tendencias que le quedan por superar. La materia puede ir cogiendo malos hábitos por varias razones, unos porque los trae de existencias anteriores y ha encarnado con una materia que tiene determinadas debilidades para superar en esta vida, otros porque, o no sacan su fuerza de voluntad para saber salir airoso de las vivencias que tiene o se dejan llevar por la sociedad incapaces de decidir por sí mismos, y otros, a causa de la rebeldía buscan evadirse de la realidad y para eso utilizan lo que tienen más cerca, que es el cuerpo físico, y lo utilizan para desquitarse, buscan un placer momentáneo para desahogarse o tranquilizarse. Depende de la persona y de la categoría espiritual que posea para que se incline más por una cosa u otra.

Está claro que formas para desahogarse hay muchas, pero no todas son positivas, por eso hay que buscar la mejor para relajarnos y analizar bien las situaciones que nos preocupan. Si no conseguimos ver con claridad las situaciones que vivimos puede provocarnos ansiedades que lo único que consiguen es que la materia tire de nosotros y acabar produciéndole pequeños trastornos.

Vamos a ver cuáles son esas debilidades que transmite la materia y donde es la principal protagonista, por ejemplo:

La SENSUALIDAD, que es un defecto que crea en nosotros una propensión o atracción hacia los placeres de los sentidos, con el único deseo de recrearnos en las emociones materiales y externas que se puedan derivar de ellos.

También podemos comentar que, dentro de esta imperfección como es la sensualidad, hay dos aspectos que también se pueden destacar como perjudiciales en la conducta de una persona ya que debilitan la mente como manifestación del espíritu y ablandan la voluntad, por lo que no ayudan en la evolución espiritual. Los aspectos que pueden condicionar nuestro comportamiento son los siguientes: la liviandad o lujuria que es un apetito carnal desordenado que crea una identificación tan arraigada hacia lo material, que nos lleva a perder todo pudor, decoro y decencia en nuestro comportamiento, además de provocar un desequilibrio psicológico que puede tener como consecuencia la falta de naturalidad en las relaciones humanas de todos los días, debido a ese deseo que nos domina. La gula, que crea un apetito desordenado y antinatural en el comer y en el beber.

En otros tiempos aconsejaban flagelar el cuerpo y apartarse del mundo para poder vencer estas tentaciones. Pero no es necesario, ya que en contacto con la gente es cuando podemos realmente superar las tentaciones, luchando y venciendo las bajas tendencias y hábitos viciosos.

La COMODIDAD, es otro defecto que también puede afectar a la materia de forma más directa. Podemos decir de ella que es un deseo egoísta de querer satisfacer nuestras conveniencias y lo que más nos agrade en cada momento, evitando cualquier esfuerzo que se salga de lo cotidiano.

También esta imperfección moral puede manifestarse de distintas maneras en nuestro comportamiento, aunque a diferencia de la anterior, ésta tiene varios aspectos que se caracterizan unos por ser una actitud interna y otros porque se reflejan en la materia. Todos ellos tienen en común, el querer evitar cualquier situación que no sea de nuestro agrado, y sobre todo si hay que realizar un esfuerzo tanto material como espiritual. Podemos poner como ejemplo de la comodidad que se manifiesta a través de la materia a:

La ociosidad, que consiste en entregarse al descanso, sin querer producir beneficio alguno, con lo que conseguimos es renunciar a ser útil en la vida y dejar de ofrecernos a los demás para cualquier cosa que necesiten de nosotros.

La pereza, a la que nos ha conducido la ociosidad, y que nos lleva a la inactividad, y a una falta total de creatividad, por lo que tampoco ponemos en funcionamiento nuestros valores internos.

La comodidad y todas sus manifestaciones traen como consecuencia la falta de personalidad y de responsabilidad. La primera porque no ponemos nunca de nuestra parte, lo que supone no desarrollar nuestras cualidades como personas, y la segunda tiene su raíz en que no queremos vernos involucrados en circunstancias que no nos benefician materialmente.

Si conseguimos mantener una actitud positiva y recordamos que el trabajo y el esfuerzo es fundamental para nuestra evolución espiritual, nos será más sencillo avanzar en el camino que nos hemos propuesto.

I.Q.B..