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Otros mundos


OTRAS IDEAS


En el capítulo anterior comentábamos que de igual forma que existían leyes físicas que nos maravillan y nos hacen comprender nuestra pequeñez frente a la grandiosidad de lo conocido, de igual manera existen leyes de orden espiritual que si las conociéramos nos deslumbrarían por su alcance y contenido, llevándonos a la confianza de que existe un orden que busca nuestro feliz encaminamiento hacia la conquista de los principios que rigen el devenir de nuestras vidas presentes y futuras.

Dicho así, cabría preguntarse cómo no hemos llegado a la comprensión de dichas ideas si están entre nosotros. Ciertamente siempre han estado a nuestro alcance, si bien por razones puramente humanas las hemos ido enterrando en su esencia y quedándonos con lo superfluo, nos hemos aprendido la letra y olvidado del contenido. De ahí que el hombre ande divagando sobre la realidad de unas leyes certeras, justas y equitativas para todos y a fuerza de querer ignorarlas, creemos ciertamente que no existen.

Pero esto no es así. A pesar de nuestro esfuerzo por hacer valer la idea de que sólo es válido aquello que penetra por nuestros sentidos, la propia existencia de la fuerza espiritual que busca vías de lucidez y desarrollo para la humanidad, encuentra los cauces adecuados para presentarnos cada vez con más claridad, ideas y normas que nos capaciten para comprender las leyes que mueven nuestros designios, para que conociéndolas y siendo los dueños de nuestros actos, podamos actuar de forma correcta.

El nuevo conocimiento que alumbra a la actual humanidad permitiéndole hacerse infinidad de preguntas hasta ahora sin una respuesta concluyente y que responde con meridiana claridad sobre los temas más importantes de hoy, es una idea resplandeciente en su lucidez, pero oscurecida por el sectarismo humano, capaz de atacar las ideas más esclarecedoras y que nos permitirían un mejor desarrollo social y moral. Esta idea no es otra que el espiritismo. Idea poco comprendida, mal usada por unos, mal intencionada por otros, desacreditada por el desconocimiento de su ideario por casi todos, y forma lucrativa de vivir y engañar para muchos al amparo de su terminología.

Pues a pesar de todo ello, es nuestra intención hacer resaltar sus principios, sus valores, sus conceptos, como alto exponente de un cuestionario espiritual como hasta ahora el hombre jamás había conocido. Sus explicaciones claras, concisas, llenas de razonamiento, nos abren un campo de investigación de todo orden, sin parangón en la historia del hombre.

El espiritismo ha venido como idea esclarecedora para una sociedad pragmática y anclada en viejas normas y costumbres. Ha venido a ofrecernos un amplio contenido de doctrina y moral evangélica, actualizándolo para un hombre necesitado de respuestas válidas.

Las conjeturas del ayer son certezas de hoy al comprender el significado de las parábolas gracias al sentido de la evolución con su contenido reencarnatorio. Así, las palabras del Maestro Jesús, toman vigencia al poseer la clave que les da un mayor sentido. Sus testimonios se acrecientan al valorar las leyes en que se sirven y basan. Los milagros dejan de ser tales al conocer las leyes universales por las que se rigen, teniendo el valor de comprender que sólo seres de muy alta graduación espiritual pueden llegar a servirse de dichas leyes, para impulsarnos al estudio de las mismas y ayudarnos en nuestro progreso moral.

El espiritismo a las nuevas preguntas de hoy tiene las respuestas adecuadas. En su amplio contenido descansan respuestas para cubrir un amplio campo de investigación por parte del hombre, y todo ello sin arremeter contra nada ni contra nadie, consolidando lo establecido y dando feliz forma al actual desconocimiento espiritual humano.

El espiritismo es innovador por donde se mire y se adapta a cualquier mentalidad y necesidad. Cada uno puede ahondar hasta donde quiera y alcanzar el conocimiento espiritual que pretenda, pues su contenido es llano y sencillo, pero amplio en el nuevo proyecto que presenta.

Así pues, en el espiritismo existen conocimientos suficientes para responder a todo aquello que precisa la actual humanidad. A nuevos tiempos nuevos procesos. La casualidad no existe, por tanto es innegable que el hombre precisaba de nuevos métodos de trabajo y de investigación y le ha sido sobradamente concedido en tiempo y contenido.

Dentro de este apartado de búsqueda y comprensión de vida en otros mundos, podemos afirmar que en la codificación espírita se encuentran los datos precisos para el estudio y feliz desarrollo de este tema tan peculiar. Era inevitable que se pudiera estudiar y atender a una idea tan inquietante y que al propio tiempo expresara las más altas metas alcanzables para el hombre actual, como son las explicaciones de hacia dónde caminamos y cuáles son los nuevos pasos que el hombre, en su evolución, tiene ante sí.

A.S.L.