Anarquismo en acción

El socialismo libertario o autogestionario, es decir el anarquismo organizado, instaura, como ocurrió en España, la democracia directa en las empresas agrícolas industriales o de servicios autogobernándolas los trabajadores mediante sus Consejos de Empresa, libremente elegidos por sufragio directo y secreto, renovables un tercio por año y todos ellos cada dos años, no pudiendo ser reelegido hasta pasados otros dos años, para evitar la burocratización.
Manteniendo la identidad de los pueblos y de sus federaciones locales, la diversidad dentro de la libertad, el socialismo completado con un federalismo (comarcal, regional y nacional) los libertarios de la CNT (Sindicato Obrero español), durante la guerra civil española de 1936-39, crearon modelos prácticos de integración económica, política y social, mediante una democracia asociativa, donde había libertad y prosperidad.
La Federación de Colectividades de Aragón, durante los días 15 de enero al 15 de febrero de 1937, tuvo un pleno de gran importancia económica y social. En esta reunión estuvieron presentadas 25 federaciones comarcales. Cada federación local representaba hasta 76 colectividades, dentro de un total de 275 pueblos, con 150.000 habitantes, viviendo el socialismo libertario, total o parcialmente. En esas comunidades había campesinos privados, pero integrados en cooperativas; farmacias, hospitales; organizaciones culturales y recreativas; depósitos de productos y de intercambios entre comunidades autogestionarias.
Mas de las Matas integraba a 19 pueblos constituyendo una federación económica de nivel comarcal, con racional división del trabajo entre artesanías, industrias, agricultura y servicios. La comarca de Angues constituía una comuna libertaria de gran radio de acción: 76 colectividades agropecuarias, artesanas, industriales y de servicios. Barbastro se componía de 58 colectividades libertarias federadas, integrando así una democracia directa y asociativa.
El pleno de Caspe, de la Federación de Colectividades de Aragón, tomo para integrar, federar, desarrollar y racionalizar la economía aragonesa asociativa, las siguientes resoluciones:
1. Constituir una Federación Regional de Colectividades para coordinar, potencializar la economía de la región, dando cauce solidario a esta Federación de acuerdo con las normas autonómicas y federativas que la orientan.
2. Para estructurar la Federación nos atendremos a las siguientes normas:
a) Las colectividades deben federarse comarcalmente;
b) Para la cohesión y el control de los comités comarcales, entre si, se creara el Comité Regional de Colectividades;
c) Las colectividades harán una estadística veraz de la producción y consumo, que enviaran al comité comarcal respectivo, y estos comités a su vez, remitirán la estadística comarcal al comité regional, única forma de establecer la verdadera y humana solidaridad.
He aquí una estructura socio-económica autogestionaria, nada utópica, sino real, pues permite la cuantificación de la producción, del consumo y de las necesidades a nivel local; del intercambio regional y de nivel nacional, para procurarse todos los bienes y servicios. Por otra parte, es posible conocer así el déficit o superávit económico; formar ahorro para inversión en obras, servicios públicos, educación, sanidad, higiene, canales de regadío, comunicaciones, maquinaria y herramientas, viviendas, ampliando el capital social.
Cabe destacar que las comunidades libertarias, federadas a todos sus niveles, realizaron intercambios en un mercado libertario donde los productos se compensaban en sus justos valores, los unos contra los otros.
Las comunidades libertarias de Aragón intercambiaban sus producciones, unas con las otras, en su justo valor de cambio, contra productos industriales de la producción manufacturera colectivizada, en las ciudades, por la CNT. De este modo, el campo y la ciudad estaban en igualdad de condiciones económicas, sin privilegios para nadie.
La colectividad libertaria de Fraga, a orillas del río Cinca, con 8.000 habitantes y 40.000 hectáreas, de las cuales 30.000 en cultivos y 10.000 en prados y bosque, constituyo un modelo practico de socialismo autogestionario. Esta colectividad se componía de 700 familias, divididas en 51 grupos, de los cuales 20 practicaban el cultivo intensivo de la tierra y el 31 el cultivo extensivo, respectivamente horticultura o cereales. Disponía la colectividad de 4.000 corderos, 150 vacas, 600 cabras y 2.000 cerdos, a cargo de pastores que antes servían a los propietarios. El ganado pastaba en cercados, para que los animales comieran pastos sin destruirlos o agotarlos, devolvían así los animales su abono con los boñigos, supliendo la falta de fertilizantes, en la guerra, lo cual aumentaba la productividad de la tierra, combinando agricultura y ganadería.
En Fraga -como en todas las colectividades libertarias-, la moneda era estable mientras en el resto de España se triplicaban los precios por la inflación. Los bonos y las cartillas de las colectividades, no permitían acumular capital privado, sino obtener medios de vida en tanto que trabajador y consumidor; mantuvieron estos bonos su capacidad de compra mas estable que la peseta; republicana pues en Fraga imperaba el interés general y no el egoísmo particular (burocrático o burgués). Bonos y cartillas eran respaldados por una producción constante que los garantizaba.
Además de las entregas de alimentos gratuitos para las milicias aragonesas que luchaban en el frente y de dar un sueldo a las mujeres por sus hijos o esposos movilizados militarmente, la colectividad de Fraga sostenía 90 familias pobres o evacuadas de otras comarcas ocupadas por el enemigo. Y sin embargo, en Fraga se construyeron canales, se edificaron casas y hospitales; se roturaron tierras, aumentando la producción y la productividad por hombre y por hectárea.
El generoso apoyo de la colectividad de Fraga a pobres; enfermos, desvalidos, mujeres y niños, hubiera sido imposible de capitalismo privado o de Estado(URSS), donde lo único que cuenta es la ganancia. Sin embargo, los libertarios de Fragan y de otras colectividades libertarias, durante la Revolución Española 1936-39, dieron pruebas de solidaridad con viudas, huérfanos, refugiados o evacuados, compartiendo con ellos su pan y su mesa.
La Colectividad libertaria de Fraga solo era una pieza del basamento de una vasta federación económica donde se integraban núcleos locales (pueblos) en federaciones comarcales; y estas, a su vez, en la Federación Regional de Colectividades de Aragón, que tenia el Consejo de Aragón su vinculo con todas las regionales de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
El punto 60 de las resoluciones del Pleno de Caspe, al cual hemos aludido, dice, con espíritu libertario y federativo:
"Esta Federación, siguiendo las normas federativas, organizara tantas federaciones comarcales como estime necesario, para el buen desenvolvimiento de las colectividades, las cuales mantendrán relaciones cordiales con los Consejos municipales y con el Concejo Regional de Aragón, respectivamente."
Se perfilan así dos líneas federalistas: una que integraban las colectividades local, comarcal, regionalmente; otra, administrativa, vinculada con Consejos municipales y con el Consejo Regional de Aragón: autogobierno libertario.
Hay tareas que la autogestión económica, a nivel de empresas, no puede realizar en el plano social (auto-administración municipal, regional, etc.), en materia de cultura, sanidad, educación, pavimentación de calles, obras sanitarias, etc.
Las federaciones de industria, agricultura y servicios, por un lado, y las federaciones administrativas, por otro, constituirán la Confederación de Federaciones: gobierno de todas las federaciones, propio de una democracia asociativa.
No se trata de derribar un gobierno para colocar otro, sino de sustituir el Estado por una Federación: suma de autogobiernos económicos y administrativos, donde el pueblo sea soberano mediante sus asambleas y delegados: elegibles y revocables en todo momento. Siempre que se creyera necesario.
El federalismo como sistema de integración económica y administrativa, teniendo como base el socialismo de autogestión, puede unificar países, regiones, continentes y hasta al mundo como un solo país dando vida, al tiempo, a sus culturas y autonomías regionales, en un Estado socializado, auto-administrado.

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