Texto extraído dunha entrevista que lle fixeron ó meu avó en Rne (Lugo):

 O que mais me chama atención del, é a súa cara delgada, o seu tipo esbelto e uns ollos vivarachos, negros e profundos. Xosé non é un personaxe famoso, non é alguén conocido, si non que é unha persona sinxela.. traballadora..(..)
 

 Un día, estaba cunha navalla nunha   
 porta,  facendo alí un muñeco, 
e veu meu pai e, claro, reprendeume, e dixo: ¡¡que fas 

ahí, que deramas a porta!!. 

Estaba por alí miña nai, e díxolle: "este había que aprendelo a tallista".

Pero claro, todo quedou ahí, porque naqueles tempos e nunha aldea, usted sabe que non había posiblidades de nada, 
non é coma hoxe, e así pois..   (..) Era unha casa de labregos, e houbo que atender ó traballo da casa, co gando.. e todo eso.  
 

E despois deuse o caso que, claro, como moitos, tamén emigrei a Venezuela, estuven alí, enconces alí si.. 
- ¿Cantos anos estivo alí?
- Estiven doce. 

Entonces un día pois.. vin unhas figuras nun escaparate, eran de escaiola, que non eran de madeira, pero, gustáronme e dixen para min "bueno, creo que esto o podía facer eu en madeira".Alá me puxen, empecei unha, fixen outra e así.. e cada vez pois mais.. e claro, 

alí tiña algún tempo, pero non muito.

Agora si, que aqui teño mais tempo porque agora, como xubilado, xa non me dedico tanto ó campo e teño mais tempo para atender a estas cousas, o cual me encanta por que eu paso o tempo de maravilla.

 (...)

Había 22 anos que morrera cando o fixen.. eu polo que tiña na mente de como era, pois así o saquei. E xa o tiña medio terminado, e subía á casa.. que hai unha fotografía del e da mai, pra ver.. e encontrei con un cuñado, ensineillo e dice : ¡pero este é o teu pai!.

(...) A sementeira das patacas: un home arando.. a señora detrás con unha cesta sembrando as patacas, e despois está un carro,

   e o lado está un crío, por que antes, cando ían traballar, pois levábannos ó campo con eles.. Un está acariciando o perro, sentado no cabezallo do carro, o outro viu un paxaros, alá, no alto dun 

árbol, e subiuse polo árbol arriba.. pero claro, os paxaros xa saíron voando, menos un deles, pero está emprendendo o voo..  (...)
 

 

LA VOZ DE GALICIA VIERNES, 17 DE ABRIL DE 1992 El artista reproduce en el lugar de Sampaio imágenes religiosas, motivos capestres y personajes "de toda la vida", trabajando la madera con un pulso envidiable a sus 75 años.  José González, un artista "enxebre"  
 
Quiroga (Redacción por J.C.). El lugar de Sampaio, en la parroquia de Hospital, es uno de los lugares más privilegiados de la ya privilegiada comarca de Quiroga. Allí, José González mata las horas libres trabajando en la madera y consiguiendo tallas admirables. (...)

José González descubrió su capacidad para trabajar la madera en Venezuela.  

Tenía ya 42 años, y un día vio una imagen en un escaparate que le pareció lo suficientemente sencilla como para intentarlo."El trabajo que tenía me dejaba mucho tiempo libre. De pequeño ya tenía cierta idea, pero no te enseñaban nada en la escuela y de aquella tampoco te animaba nadie a estas cosas".

  Ahora mismo. José es capaz de describir con detalle su primera talla: una tabla que representaba una escena rural con un pastor, dos ovejas, un árbol y dos pájaros posados en sus ramas.  

Aquel relieve fue todo un éxito de crítica y acabo en poder de un buen amigo, otro quirogués emigrado en Venezuela que aún sigue allí y, por supuesto, conserva el regalo. José recuerda con especial cariño la talla de una virgen que regaló a una niña por su cumpleaños y que mereció los arabienes del embajador mejicano, empeñado en ver el resto de su obra. Todo aquello había sido tallado con un destornillador afilado. José se dedica ahora a cuidar sus viñas y, en los días de lluvia o en los momentos de ocio, ataca las tablas. Utiliza madera de todo tipo, aunque reconoce que las mejores son las de cedro o peral. 
Su casa es una enorme exposición de tablas, bustos, figuiras y otros objetos tallados, como un cucharón que reproduce una imagen ecuestre del Quijote y que, como mínimo, es de una notoria originalidad. 

 

A pesar de no ser, ni mucho menos, un artista conocido, José ha presentado algunas exposiciones. Así, mostró sus trabajos, junto con los de su hijo en la "Feira de Mostras Val de Lemos", ademas de en las ferias del vino de Quiroga. "La verdad es que no se me ocurre llevar las tallas a un sitio importante- dice el artista con humildad- porque no compiten con los trabajos de los profesionales.  
Un escudo de Quiroga trabajado por él y adquirido por 

 el ayuntamiento luce en la flamante casa consistorial. Un particular le encargó 
 también el de Puebla de Brollón, aunque no sólo le piden trabajos heráldicos. Los motivos religiosos son también encargos muy frecuentes, hasta el punto que José tiene varios en cartera que no ha podido acabar todavía. En cualquier cosa, el artista - fumador empedernido de varios cigarrillos por hora- reconoce que " no se puede vivir de esto aunque ahora, con mis 75 años, igual podía sacar más de las tallas que del campo". Precisamente, una de las cosas de las que se siente más orgulloso es del magnífico pulso que mantiena a su edad y que le permite precisar los detalles en las tables con una notable fidelidad. (...) 

 
 
 
 

  
  Muchas de las tallas de José González cuentan con una leyenda, también detallada y destacada por medio de pintura dorada. Una de ellas, la de "Os Maravidis", tiene su particular historia, igual que los retratos de algún personaje célebre de la comarca quiroguesa. José se ríe al recordar la historia de los que fueron sus vecinos. (...). Igual que cuando relata la de un borrachín de Quiroga, ya fallecido, aunque inmortalizado en una talla muy expresiva, al que su dignidad le llevó a renunciar a un buen matrimonio por no ir a cuidar las cabras de la familia de su futura mujer.