Globalización Educativa y escultismo Lic. Horacio Wild |
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Hay temas en los que es difícil decidir por dónde empezar, ya que
al estar vinculados con muchos otros seguramente presentan un montón de
“aristas” discutibles... pero a veces vale la pena el intento,
especialmente si puede llegar a ser productivo para el pensar nuevos
discursos sobre la institución y nuevas acciones que tiendan a revertir
la creciente fragmentación y atomización del movimiento Scout argentino.
El discurso de la Globalización (o planetarización) es parte de
lo cotidiano, tanto que probablemente las ONG’s en lo general - y la
nuestra en particular - no puedan vislumbrar hasta dónde participan de él,
y lo reproducen dentro de
las mismas. James Petrás, un conocido sociólogo llamaba la atención
sobre el riesgo de que muchas veces las Organizaciones cumplieran sin
saberlo con el objetivo que el sistema global les tenía destinado:
rellenar por medio de voluntarios aquel trabajo que a los Estados les
correspondería de acuerdo a sus funciones. Un ejemplo tristemente actual
es la devastación del territorio de Irak por parte de Estados Unidos, y
la distintas ONGs que con fondos de distintas comunidades y voluntarios
brindan ayuda humanitaria al pueblo Irakí cuando por derecho
internacional, la reconstrucción y ayuda es obligatoria para los países
invasores... al parecer, más allá de entregar algunos alimentos “para
la TV” éstos últimos se ocuparán sólo de los negocios, y las ONGs
con las mejores intenciones y sin ser su objetivo disminuirán
sensiblemente el gasto público del Tesoro Americano. Esto que se da a
nivel global, también ocurre en lo local en donde gran parte de la
población argentina subsiste gracias a las ONGs y el trabajo de miles de
voluntarios. Para el mercado global el único mandamiento es el
lucro y al mejor estilo de los liberales históricos como Smith o Ricardo,
la “caridad” queda en manos de los particulares...
y al mejor estilo de Marx podemos observar el cómo la infraestuctura
económica determina la superestructura ideológica. Obviamente que
hay un montón de aristas a discutir sobre todo desde el lado de la ética
respecto a la ayuda al otro, al semejante, al humano... pero ello no
implica asomarnos y ver aunque nos resulte muy crudo, los riesgos de un
voluntarismo ciego y las trampas en las que el “Nuevo orden” puede
envolvernos.
La globalización es antes que nada un proyecto económico, que
para ser llevado con éxito se plantea la necesidad de homogeneizar las
culturas e instalar el “pensamiento único” que opere designando los
objetos deseables, tanto respecto del consumo como en las formas del
pensamiento. Los obstáculos que se presentan
en el camino a la “lealtad a lo global” justamente son ideas como
cultura propia, Estado, e ideología. La Educación es uno de los
principales medios para la generación y reproducción del pensamiento
homogéneo y globalizador, y aquí es donde el tema como ONG educativa
debería empezar a preocuparnos. ¿Quién pensaría que quizás la
concepción que subyace en el Programa es parte del pensamiento
globalizador? ¿Quién sospecharía en la “bondad” de un “programa
único” al que todos los Scouts de la Región y el mundo pudieran
adherirse? ¿Quién cuestionaría la necesidad de que una asociación vaya
en un mismo y único sentido?...
A veces, sin quererlo, quedamos enredados en situaciones en las que
no pretendíamos entrar y a su vez no se sabe como salir, o peor aún,
damos nuestro aval a la realización eficaz de una estructura que se basa
en el engaño y en los Idealismos· (que no son lo mismo que los Ideales)
de distintos actores institucionales justo en el punto en el que se suele
quedar ciego, exacerbándose el enfrentamiento con el otro que es distinto
en un movimiento cuyo ideal “internacionalista” se ha basado históricamente
en el respeto por la cultura del otro... y digo “internacionalista”
para diferenciarlo de “globalizador”. Discriminar
Ideales de “idealismos” no es cosa fácil, pero a ésta altura se nos
hace necesario. Para tener una idea los primeros nos muestran lo que es
deseable brindándonos una cierta medida y meta a alcanzar oficiando a su
vez como “reguladores” del Sujeto y la relación con los demás;
mientras que los segundos al partir del efecto de la fascinación que
ejercen, suelen presentar una muy fuerte tensión con los semejantes dado
que no tienen medida y plantean de una forma disfrazada la relación
conflictiva “o yo, o el otro”, lo que es lo mismo decir que “para
que yo exista el otro debe morir”.
La base de los “idealismos” suele asumir la forma del
sometimiento a un líder institucional que encarnaría para los demás la
idea de un “saber hacer” con la institución oponiéndose a otros
sectores internos cuyos destinos posibles
son el sometimiento o la segregación, lo que imposibilita la
construcción de un campo de trabajo a partir de las coincidencias
respetando las diferencias.
Ignacio Andreatta en
un artículo titulado “el Escultismo fragmentado” publicado en números
anteriores de “Apuntad Alto!”, hacía referencia al fracaso de los
procesos de unificación entre algunas de las asociaciones Scouts de la
región y señalaba – muy criteriosamente- que si algo puede fundar un
campo común entre las distintas asociaciones es el Estilo de vida Scout
que tiene sus orígenes en los lineamientos dados por el Fundador, dejando
muy en claro la natural tendencia de los grupos e instituciones a la
diversidad y no a la uniformidad. Entonces...¿Qué es lo que falla en
dichos procesos de unificación?. ¿Se plantean desde los “idealismos”
o desde el Ideal? ¿Cuál sería el sustrato ideológico y estructural
responsable de encarnizados enfrentamientos, persecuciones y denuncias que
uno puede objetivar en las relaciones cotidianas o en alguna que otra WEB?
¿Existe una real voluntad al interculturalismo o por medio de las
producciones ideológicas institucionales
se realiza parte del “proyecto globalizador”? Una
manera de comenzar a pensar algo del orden de la causa es la imposición
de un Programa Homogéneo para toda la Región... o lo que es lo mismo homogeneizar
el Programa... desatendiendo que todo efecto de universalización por
definición deja de lado lo particular de cada país y lo singular de cada
lugar. Lo diverso si bien es nombrado
dentro de dicho Programa, estucturalmente queda a nivel de las
definiciones ya que la única manera que puede “entrar” es perdiendo
su riqueza, porque sino dejaría de ser un “Programa Unico” – a esto
se le suman cuestiones económicas de mercado que tienen que ver con la
producción de cartillas y productos “scouts” en general, cuyas
ganancias seguramente no son para menospreciar-. El
inicio de la problemática es el mismo que el de cualquier manifestación
ideológica, surge a nivel del Discurso que se construye sobre las
instituciones y que se desarrolla en los niveles más “globales”
asumiendolo las asociaciones nacionales como propio, un ejemplo de ello es
la producción de las cartillas para cada sección. Empiezan a realizarse
recortes a la particularidad de cada Lengua nacional (en cada país de
Latinoamérica el “castellano”, lengua “madre”, tiene características
propias y distintos usos), se dejan de lado costumbres y tradiciones de
cada una de las culturas produciéndose un “vaciado” en las
significaciones, se ofrecen “nuevas” significaciones para todos y la
suma de la anulación de lo particular más el “lenguaje global para la
América Hispana - libre de ‘virus’ locales” - impone un determinado
modelo teórico – ideológico - estético que anula la diversidad
existente. Se inicia a su vez un proceso de pérdida de las
identificaciones y de los propios rasgos, supuestamente en “beneficio”
de un “movimiento continental” que incluiría a todos al precio de la
renuncia de lo propio.
¿Cómo funciona esto de la pérdida de la riqueza de lo propio?.
Quizás sirva para pensarlo un ejemplo cotidiano como puede ser el de ir
al baño en la terminal de colectivos. Cuando uno desea realizar sus
necesidades fisiológicas en un lugar público se dirige hacia los baños
y allí se encuentra con dos cartelitos: “Damas” y “Caballeros”,
en virtud de su sexo sabe cuál es la puerta a la que debe ingresar.
Ahora... a nadie se le ocurriría hacer una denuncia al comité de
Discriminación por dichos baños, cuando en realidad es un acto de
discriminación... allí tendríamos que avanzar en lo que es la
discriminación positiva y la negativa; la primera no emite juicio sobre
el otro y le brinda lugar a su particularidad y singularidad... la segunda
emite juicio sobre el otro e incluso su particularidad (en éste caso la
sexualidad) es motivo de desprecio. Ahora, si al primer conjunto
“terminal de colectivos” le damos el nombre de lo “humano” en
general, los otros subconjuntos conformados por los espacios discriminados
le damos el nombre de “espacio de los varones y de las mujeres”... e
incluso en dichos espacios un sujeto particular (hombre por ejemplo) hace
un uso singular del mismo (por ejemplo algunos hombres por cuestiones de
pudor no utilizan los mingitorios). Si por medio de la definición del
conjunto general llamado “lo humano” se hiciera un “baño público
general” seguramente seríamos muy progresistas (e idealistas) respecto
a dicha cuestión, y probablemente a su vez al no dar lugar a
la particularidad y la singularidad muchísma gente se sentiría
incómoda y molesta siendo
muy probable que los baños se encuentren siempre muy limpios por el poco
uso que tendrían.
Este ejemplo, que quizás no es el mas adecuado, puede ser
trasladado a todos los ámbitos de la cultura...
El caso de la propuesta “universal” de “Programa Unico”
ocurre lo mismo que con el “baño público general” pero sus efectos
son más devastadores. Si tomamos un ejemplo de los efectos del
pensamiento Global homogeneizante generado por las necesidades del
mercado, uno podría empezar a preguntarse si los fanatismos que están
proliferando en las últimas décadas no podrían ser una reacción , una
posible respuesta fallida para tratar de
re-insertar el propio rasgo “expulsado” por la universalización.
Estos dos “polos” se encuentran del lado de la “fascinación”, por
lo que la tensión es “para que yo exista el otro debe morir”. Existen
otras opciones como la de agruparse por comunidades que comparten dicho
rasgo, siendo una manera más lógica de preservación de lo propio
Si tomamos en cuenta estas cuestiones, uno podría pensar
tranquilamente hasta que punto la Oficina Regional no se habría
equivocado en la lectura que hizo de la realidad de las asociaciones en América
latina, y si a las dos ex asociaciones fundantes de SdeA
no les ocurrió lo mismo, partiendo quizás de un “idealismo”
en el caso de algunos, y una convicción ideológica por parte de otros...
como resultado de ello muchísmas personas se retiraron de la asociación
para fundar nuevas asociaciones en donde algo de su “rasgo” pueda ser
conservado y no dejado de lado por el “pensamiento homogéneo”. En el
caso de la Oficina Regional, son conocidas algunas expresiones en las que
se haría referencia a la superación de la propuesta de Baden Powell por
medio del macpro, interpretandolo como un desarrollo
tan o más importante que el de “Escultismo para muchachos”.
Esto muestra el grado de
fascinación con la propia propuesta, pero después de todo ¿quién
culparía a un padre por depositar las mas grandes ilusiones en un
hijo?... el problema de última no es la Oficina sino la postura que
asumen las Asociaciones Nacionales miembros de la Región. Recuerdo una
vez que cuando formaba parte del ENP inicial de SdeA, uno de los miembros
del mismo plantea lisa y llanamente que la particularidad de las antiguas
asociaciones debía “morir por inanición” (traigo éste recuerdo
porque realmente me impacto muchísmo) o sea anular cualquier cuestión
que tenga que ver con la capacitación de los dirigentes y no producir más
material sobre dicha rama... años después me ha tocado leer en otros
contextos escritos de ésta persona dando clases de tolerancia y aceptación
de la diversidad... Más allá de la anécdota el punto es cómo retorna
aquello particular que es expulsado y no incluido en un campo más amplio
y no tan restringido como la propuesta homogeneizante de “Programa Unico”.
Con el tiempo uno puede decir al menos es mi opinión personal- que la
Federación hubiera sido el mejor camino... pero como muchos dicen lo
hecho hecho está y hay que “mirar adelante” pero tratando de no
repetir el pasado... y ¿en que caemos?... en repetir las propuestas
homogeneizantes, por lo tanto se sigue generando cada vez más tensión
institucional y fragmentación, encontrándonos
en la actualidad con que “para que puedas llamarte scout debes someterte a
lo que yo digo sino no puedes hacer uso de MI nombre” “si no hacés
estas cosas que pienso no estás comprometido” “que se vayan los que
no estén de acuerdo”. Como dichas propuestas siguen del lado de la
fascinación y no de los Ideales participan del camino de la intolerancia
(ya que no hay lugar para el otro) aunque en su discurso se hable de
“tolerancia”... un ejemplo concreto lo tenemos en el paredón de “El
Soguín” en donde la agresividad (producto de la fascinación
imaginaria) es moneda corriente de todos los días y llega a niveles en
donde los supuestos Ideales que pretenden sustentar muchos de los que allí
escriben en realidad pasan a ser secundarios.
En
los “esquemas globales” encarnados en nuestro caso por nuestro
“Programa único” sujeto a los convenios con la OSI, cualquier cuestión
que se plantee por fuera de la “norma” es leída negativamente
convirtiéndose en un problema “a corregir” mediante los sistemas de
control social que cada la asociación tiene desarrollados. Comunmente la
“soluciones” que encuentran
disponibles los grupos ante
dicha problemática son:
Por
sus efectos, puede vislumbrarse la confusión ideológica que se produce,
generando que muchas personas comprometidas
terminen trabajando con sus mejores intenciones, en un sentido
contrario del que creen hacerlo. Es
que en los “Esquemas globales” tal como lo plantean Brzezinsky y Bell
(autores de cabecera de George Bush), el pluralismo participatorio
planificado brinda la herramienta básica para el control ideológico. ¿A
que me refiero con esto?... Tomemos el ejemplo del Programa. El mismo no
surge desde “la base” de la asociación, e incluso está sujeto a
convenios internacionales, por lo que en realidad no existen posibilidades
de cambio, a no ser por “rotura” de dichos pactos. De esta manera es
imposible realizar Indabas vinculantes ya que cambiar el Programa implica
justamente dar lugar a la particularidad (y de allí la posibilidad de
discutir los marcos teóricos – ideológicos – estéticos, con la
posibilidad de que a su vez se tenga en cuenta lo singular). Por lo tanto
aparece como rol fundamental el del planificador como aquel que
genera la posibilidad de una participación pero sin que la misma pueda
producir cambios que no puedan ser controlados por el sistema; por lo
tanto su tarea es la de diseñar estrategias de participación y escucha
de lo particular para que, asentándose en lo universal le vuelva de una
manera “edulcorada” al cuerpo societario la imposibilidad de
cambios.... volviendo al ejemplo de los baños ¿quién negaría que todos
somos humanos y que en realidad la cuestión de poner cartelitos de hombre
y mujeres no es una cuestión cultural “accesoria” que no hace a la
“esencia” de lo humano? El
Sistema que plantean las
Conferencias de Programa es parte de lo que podríamos denominar la
estrategia del “pluralismo
participatorio planificado”. El problema es qué vamos a hacer los
socios de SdeA con esto; si la decisión será adherir
por convencimiento ideológico, someternos y realizar la tarea
pasivamente, o tomar una actitud activa en la que luego de realizar las
evaluaciones nuestros Distritos inicien acciones tendientes a recordarle a
la Asamblea Nacional y por su Intermedio al Concejo Directivo que el
mandato dado en la AN de 1999 al CD fue otro, mocionando para que se
consideren nulas las Conferencias... al menos ésta última cuestión es
la que estamos hablando por estos pagos...
La emergencia de lo particular también es leída como un
“problema de capacitación” dado que los esquemas de lectura
institucional se basan generalmente en esquemas “de consultoría” cuya
vertiente teórica parte del trabajo con empresas (en donde lo que no se
discute es justamente lo económico que
da sustento a lo ideológico), generándose la ilusión de que si la gente
toma muchos módulos en los que se “capacita” podrá entender mejor lo
que “la empresa” –en nuestro caso la institución-
quiere de ella y por lo tanto cumplir mejor la misión que tiene
asignada. Sobre ése tema hay una excelente artículo de MARCELO ARROYO
que en algún momento publicó “El soguín”... supongo que estará en
sus archivos, su título es “Algunas reflexiones sobre nuestro actual
sistema de formación” y vale la pena releerlo.
Otro mecanismo de control institucional es la constitución de la
Visión de manera inconsulta, que dice tener en cuenta los “Sueños de
Scouts de Argentina” elegidos por la AN (que supuestamente al ser 15
eran demasiados para planificar... lo gracioso es que la posible
operativización de la Visión tiene 14 puntos y encima dentro de los
mismos podríamos ubicar –si me permite la aberración lingüística-
sub-puntos)... ¿Por qué es un mecanismo de control?... porque es una
manera de decir “participemos y hablemos de lo que querramos, pero no
nos vayamos de ése marco ideológico que elegimos
previamente”.
Seguramente habrá muchas cosas más en la línea del pensamiento
uniforme... quizás lo más importante es que la decisión de qué
institución queremos se toma cada día... y que posiblemente en tanto la
Asociación no se “anoticie” de la necesidad de una participación
real - vinculante, y de incluir las particularidades entendiéndolas como
parte de la propia cultura, existe una responsabilidad por los efectos que
se generan... ahora.. se
puede optar por la fascinación diciendo que “los otros no son scouts”
negando su existencia y la problemática interna en la propia institución
que genera la escisión... o se puede tener la valentía de intentar al
menos construir una asociación en la cual todos se sientan y sean parte,
en donde nadie más deba retirarse... ¿Idealismos o Ideales?, That’s
the question.
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